Los siete astronautas que perecieron en el trágico accidente
El día 1 de Febrero pero de 2003, han pasado ya diez años,amaneció un día soleado, perfecto para que el Transbordador Columbia volviese de nuevo a la Tierra. El equipo de investigación científica de la NASA estaban expectantes de su regreso, ya que traían consigo importantes resultados de los experimentos y pruebas realizadas durante la misión de 16 días en el espacio. Nadie parecía sospechar nada raro.Cuando el transbordador perdió el contacto con la NASA, aproximadamente a las 9:00 am, los controladores de la misión pensaron que se trataba de un problema temporal causado por la reentrada en la atmósfera, a pesar de que los sensores de temperatura en el interior y exterior de los elevones en el ala izquierda habían dejado de funcionar minutos antes. Cuando el silencio continuó, el miedo comenzó a hacer acto de presencia. Varias llamadas al 911 realizadas por residentes en Texas, Arkansas y la zona de Luisiana confirmaron que había sucedido las peores de las pesadillas para la Agencia. El Transbordador Espacial Columbia y sus siete tripulantes perecieron en la reentrada
Daniel McNew, fue la única persona que logró captar con su cámara como se desintegraba el transbordador al entrar en la atmósfera terrestre. El fragmento de vídeo fue tomado desde su propia casa, siendo crucial en la investigación para los ingenieros forenses de la NASA. A continuación podrás ver citado momento:
Inmediatamente después de confirmarse la trágica noticia, la NASA comenzó a investigar todos los datos de control de misión en el vuelo, mientras se detenía todas las operaciones del programa de transbordadores en el Centro Espacial Kennedy. Las autoridades de la NASA pidieron a la población no tocar los restos e informar de cualquier hallazgo a la policía, ya que la condición y la ubicación de los restos podía ayudar a los ingenieros a determinar la causa del accidente.
La mayor preocupación era lo que había sucedido durante el lanzamiento el 16 de enero. Un día después, los ingenieros de la NASA revisando las grabaciones realizadas durante el lanzamiento, pudieron percatarse de como una pieza de 50 centímetros, perteneciente al aislamiento de espuma endurecida desprendida del tanque de combustible principal, colisionó con el ala izquierda del transbordador
Los ingenieros no pudieron en ese momento determinar si la espuma había causado graves daños en el ala del transbordador debido a que la imagen era borrosa y los informes técnicos no aclaraban tal circunstancia, a lo que se sumó la denegación por parte de la Directiva de la NASA de una revisión visual de los astronautas por la zona posiblemente afectada, por lo que la misión continuó con normalidad
Cuando se produjo el trágico accidente durante su regreso a la Tierra, no se pudo determinar si fue por un posible daño en el ala por el impacto de la espuma, ya que había que descartar otras posibles causas como error del piloto o por colisión con desechos espaciales. Las investigaciones continuaron por lo tanto varias semanas más. Finalmente los ingenieros hallaron algunos desechos de aluminio fundido en la estructura del ala de la nave, así como fragmentos de acero fundido, eliminando como resultado las otras posibilidades y centrándose en la espuma del tanque externo como la principal causa.
Al producirse la reentrada, la temperatura en el exterior de la nave puede alcanzar perfectamente los 1.600ºC. Por tal circunstancia el Sistema de Protección Térmica (TPS) en la lanzadera es crítica. Este sistema utiliza cuatro tecnologías diferentes: superficie de aislamiento de alta temperatura reutilizable (HRSI), aislamiento superficial para bajas temperaturas reutilizables (LRSI), filtro aislante de superficie reutilizable (FRSI) y compuesto reforzado de carbono (RCC).
Los paneles HRSI de color negro cubren las áreas donde la temperatura en superficie es de entre 650ºC y 1.260ºC. Los paneles LRSI de color blanco cubren las zonas que pueden enfrentarse a temperaturas entre 370ºC y 650ºC. El filtro aislante de superficie reutilizable y el compuesto reforzado de carbono se utilizan en pequeñas cantidades estratégicamente repartida. Aunque cabe señalar que el FRSI se desarrolló más tarde en el diseño de la protección térmica del sistema para reemplazar algunos paneles HRSI en caso necesario.
Durante el lanzamiento del transbordador el 16 de enero, la espuma proveniente del bípode del tanque externo fue despedido, golpeando el ala izquierda del transbordador. Los restos habían dañado el borde del ala reforzada en compuesto de carbono (RCC) deteriorando los paneles, lo que permite que el plasma penetre en el interior y desintegre el aluminio subyacente, dañando la estructura del ala
Conocida como BX-250, es un tipo espuma de poliuretano aplicado con CFC-11 de clorofluorocarbono. Se aplica a mano para cubrir el exterior de los componentes del tanque para evitar la aparición de hielo y la formación de escarcha en la superficie. También ayuda a proteger el motor y el calentamiento aerodinámico, siendo la espuma de un material ligero para reducir el peso total.
El ala de la lanzadera estaba cubierta con un panel de carbono rígido, por lo que era difícil imaginar cómo un material tan ligero podría dañar el ala del transbordador de tal forma. Algunas pruebas se llevaron a cabo en el Southwest Research Institute. Una pieza de espuma disparada desde un cañón de aire, a aproximadamente 800 Km/h, perforó en el material de carbono reforzado generando un agujero que nadie se esperaba. En otras pruebas con diferentes velocidades de disparo, la espuma también causó grietas visibles en los paneles de RCC. Demostrando que este fenómeno podría haber provocado la ruptura del transbordadordurante la reentrada.
El informe final de la Investigación del Accidente del Columbia fue terminado el 26 de agosto de 2003, llegando a la conclusión de que esta tragedia fue causada por fallos técnicos y de organización. El problema de la espuma de la superficie en el bípode ha existido durante años, y los ingenieros de la NASA han previsto siempre una variedad de formas para poder corregirlo. El informe además, indicaba que la nave espacial no debería haber sido puesta en órbita con este problema, proponiendo que, aunque el servicio de la lanzadera espacial siempre había vuelto a la Tierra con seguridad, después de que las espumas golpeasen el ala durante los vuelos de transbordadores anteriores, los directivos de la NASA no deberían haber rechazadolas peticiones de los ingenieros para asegurarse de que el ala del Columbia no hubiese sido dañada en ese momento. Por último, sugirió que la NASA debería tener un plan de respaldo para la reparación del transbordador en el espacio y garantizar la seguridad de la tripulación si llegan a ser conscientes de que la nave sufre en el TPS graves daños.
Con el accidente del Columbia, Estados Unidos no sólo perdió un transbordador de 4 mil millones de dólares, sino algo de un valor incalculable, la vida de siete grandes astronautas e importantes resultados experimentales, así como la confianza en los vuelos espaciales tripulados y la exploración espacial durante toda la década.
Por Eugenio Rodríguez en Aeronáutica · Historia