Hacía ya unas cuantas semanas que no les proponía algo dulce para la tarde, para acompañar el té, el café o el mate. Pues bien, aquí vengo hoy con esta propuesta para endulzarnos el corazón :D Esta torta/bizcocho no pretender ser, ni más ni menos, lo que se ve: una preparación de aspecto bien casero, algo rústica, a medio camino entre la tradicional Carrot-cake estadounidense y la Fruit-cake inglesa. Lo que obtenemos, entonces, es una torta/bizcocho bien húmeda, de sabores definidos, con tropezones de frutas, chocolate y frutos secos a cada bocado, con aroma a naranjas, especias, vainilla y ron. En fin... Que no tiene desperdicio, pero sí una curiosidad: su ingrediente más destacado son unas zanahorias amarillas orgánicas que le aportan dulzor, sabor y mucha de la humedad de la masa. Simple, con muy poca solemnidad, auténtica, a cara lavada y muy apetitosa se hará dueña de la mesa de té o de café en cuestión de bocados. Les doy mi palabra de honor.
Y la llamo Carrot cake porque, al fin y al cabo, está hecha a base de zanahorias. Sólo por eso ;)
Aquí les dejo el listado de ingredientes para preparar esta exquisita torta/bizcocho.
Las tareas empezarán la noche anterior, poniendo a macerar en un bol 1/4 taza de pasas rubias y 1/4 taza de bayas Goji/bayas de Goji en 1/4 taza de ron (puede ser brandy, whisky o whiskey, coñac...). Cubrí el bol con papel film y dejalo dentro de la heladera/refrigerador hasta que, al día siguiente, comiences a sacar los ingredientes de la receta que deban ser utilizados a temperatura ambiente (huevos y leche).
Entonces, en un bol, batí con batidor de alambre 200 gramos de azúcar integral/mascabo junto con 3 huevos medianos (de campo/pastoriles/ecológicos). Mezclá bien hasta formar una espuma e incorporá 380 cc. de leche (animal o vegetal), 130 cc. de aceite neutro (coco, maíz, girasol...), 1 cucharadita de extracto de vainilla y la ralladura de una naranja. Reservá.
Aparte, en otro bol, disponé los ingredientes secos, tamizándolos: 350 gramos de harina integral fina, 200 gramos de harina leudante/harina de repostería, pizca de sal, 2 cucharaditas de polvo para hornear, 1 cucharadita de canela en polvo, 1 cucharadita de jengibre en polvo, 1/2 cucharadita de clavo de olor y 1 cucharadita de cardamomo recién molido.
Por último, incorporá allí mismo 250 gramos de zanahorias amarillas ralladas bien finito. Con las manos, integralas en la mezcla de harinas para que queden lo más sueltas posibles.
Entonces, sirviéndote de una espátula de cocina/miserable, incorporá la mezcla de ingredientes secos en el batido de huevos, azúcar, leche y aceite que habías reservado. Luego, añadí la fruta macerada (con sus jugos), 50 gramos de nueces Pecan/pecanas trozadas a mano, 2 cucharadas de semillas de amapola y 80 gramos de chips de chocolate (las nueces y los chisps, ligeramente enharinados). Mezclá bien y volcá la preparación en un molde para torta/bizcocho desmontable (yo utilicé uno de 25 cm. de diámetro), previamente enmantecado y enharinado (puede ser pincelado con aceite o rociado con rocío vegetal y cubierto por una fina capa de harina).
Por encima, disponé algunas nueces Pecan/pecanas a modo de decoración (como marcando las horas de un reloj), hundiéndolas ligeramente sobre la superficie.
Cociná en horno precalentado a 160-170°C por 50 a 60 minutos o hasta que supere la prueba del palillo. Dejá descansar la torta/bizcocho una vez que esté fuera del horno por unos 10 minutos antes de desmoldarla para que no se rompa ni malogre.
Algunas observaciones y recomendaciones finales: Si lo prefieren o no consiguen zanahorias amarillas, pueden realizar esta torta con zanahorias naranjas, blancas, rojas o moradas.
Si lo desean, pueden reemplazar las nueces Pecan/pecanas por almendras, avellanas, nueces de Macadamia, pistachos... De igual manera, las pasas y bayas Goji/de Goji pueden sustituirse por frutillas/fresas deshidratadas, arándanos deshidratados, peras o ciruelas deshidratadas cortadas en cubitos, cascaritas de naranja confitadas, jengibre confitado...
En caso que la torta tenga como destinatarios los más pequeños de la casa o no deseen incluir alcohol en la preparación, la fruta puede macerarse sin inconvenientes en jugo de naranja.
Las semillas de amapola pueden reemplazarse por semillas de chía o de amaranto.
Los orígenes exactos de la zanahoria se desconocen con absoluta certeza; sin embargo, existen registros de su cultivo en Oriente hace unos 3000 años. Sus comienzos naturales se encuentran en el este del Mediterráneo y el sudoeste asiático. De hecho, algunos de los datos más antiguos de su utilización y consumo han llegado desde Afganistán; además, tanto griegos como romanos les conferían poderes afrodisíacos. En donde no hay dudas o malentendidos es en el punto que señala el color de las zanahorias: por aquellos días se cultivaban variedades púrpuras por fuera y amarillas por dentro. Así, cuando el comercio de los árabes fue extendiéndose por Asia y África surgieron nuevas variedades de colores blancas, verdes, amarillas, púrpuras e, incluso, negras.
Se sostiene que las primeras zanahorias de color naranja se produjeron en Holanda durante el siglo XVI, creadas de manera deliberada a partir de cruces y experimentos para lograr que coincidieran con el color de la Casa Real holandesa de Orange. Sin embargo, existen registros que indican que durante el siglo VI se introdujeron variedades de color naranja en Europa; de modo que es probable que sólo tomasen esas especies, desechando las restantes. Es que por aquellos días, los holandeses eran los primeros y principales productores europeos de zanahorias, y todas las variedades anaranjadas que llegaron hasta nuestros días descienden de sus cuatro tipos (Early Half Long, Scarlet, Long Orange y Late Half Long).
Por fortuna - y no sólo por una cuestión estética - se está recuperando el cultivo de las distintas especies y colores de zanahorias que aportan diferentes nutrientes y características propias de acuerdo con ellos. Sin ir más lejos, las zanahorias amarillas se cultivan en especial por su sabor dulce, su textura firme, no leñosa ni fibrosa.
Lo cierto es que, crudas o cocidas, en platos salados o en postres y pastelería, las zanahorias constituyen un excelente alimento, siendo una de las pocas verduras que casi no pierden valor nutricional al ser cocidas y que, incluso, se vuelven más digeribles para nuestro organismo.
Hoy, como ya les dije antes, les propongo una torta/bizcocho que no necesita de coberturas ni frostings o baños de ninguna clase para ser sabrosa, apetecible, muy gustosa. Bien perfumada, de miga húmeda, con tropezones de frutas, nueces y trocitos de chocolate a medio derretir que se funden en la boca, el dulzor justo y un aspecto algo rústico, de entre casa, les alegrará la tarde, la mañana o el momento que prefieran sin pensarlo dos veces ;) Pruébenla y después me cuentan qué les ha parecido. Nos reencontramos la semana que viene. ¡Pásenla muy bien, disfruten de la vida junto a sus seres amados y experimenten en la cocina!
Textos y fotografías: ©Bouquet Garni Recetas