Revista Diario

Carta abierta de Discepolín a un seguidor de Lanata

Por Julianotal @mundopario

Carta abierta de Discepolín a un seguidor de Lanata
¿Por qué hablás si no sabés? ¿De donde sacaste esa noticia que echás a rodar desaprensivamente, sin pensar en lo irresponsable que sos y en el daño que podés hacer? Estamos viviendo el tecnicolor de los días gloriosos y vos me lo querés cambiar por el rollo en negativo del pesimismo, el chisme, la suspicacia y la depresión. No, si yo a vos te conozco, ¡uf, si te conozco! Vos sos, mirá, vos sos el que no podés disponer de hechos y entonces usás los rumores, y te acercás a mí para tirarme la manea de unas palabras en el momento más inesperado. ¿Sabés qué palabras, por ejemplo?: "¡La que se va a armar!"¡Explicate! Que tu actividad capciosa no se detenga en el umbral de las palabras, sino que atreviese el zaguán del prólogo y me tienda la mesa en el comedor de los hechos... hechos y no palabras, hechos y no rumores. Dale, servime la cena. Poné sobre mi mesa eso que estás anunciando, pinchalo con el tenedor de una evidencia, cortame el entrecote con el cuchillo de otra evidencia, ¡y hacé que yo trague el bocado evidentemente! Porque, hasta ahora, los rumores se fabrican aquí por quienes se alimentan de sus propias milanesas. Porque yo a vos no te entiendo. Vos me agarrás del brazo en la vereda, me anunciás que se va a venir una... se va venir una...  y en vez de venir una, te vas vos, y yo me quedo en la vereda tratando de no impresionarme, porque si yo fuera impresionable entraría en mi casa agachado como vos, hablando al bies como vos, y cuando los míos vinieran a saludarme alegremente, también yo levantaría la medianera de esas palabras sibilinas que me dijiste: "Menos alegría y vayan preparándose... porque ¡se va a venir una!" Pero yo vengo de vuelta, ¿sabés?Yo vengo de otras épocas llenas de palabras, superfluamente llenas de palabras; no había nada más que eso: barrios de palabras, tribunas de palabras, países de palabras, y por eso no creo en los rumores chiquitos y muchas veces miserables con que vos querés hacerle sombra a una realidad que está iluminándonos. ¿Por qué hablas si no sabés? ¡Entristece pensarlo! Claro, a vos vino uno y te dijo que ayer mataron a treinta. ¿Donde estás los que mataron? ¿Fuiste al entierro? ¿Tomaste café en el velorio? NO, vos no viste nada, no sabés nada, pero como alguien te lo dijo, vos lo repetís, y ¿quién se lo dijo a ese alguien? ¿Quién? Ahora me explico: será el mismo que anunció, por ejemplo, que Fulano y Mengano estaban presos. Y entonces, vos venís y me decís, siempre agachado, siempre haciéndote el misterioso: "¡Shhh... la cosa está brava!¡Los metieron presos a Fulano y Zutano!". Y si te digo que anoche lo vi a Fulano con una rubia y que hoy almorcé casualmente con Mengano, vos me mirás con una lástima tremenda y me decís que es un truco. ¿Cómo un truco? ¿A mí me la vas a contar? ¡Yo estuve con Mengano! ¿Cómo que no? ¿Entonces, quién era? ¿Boris Karloff caracterizado? Pero, oíme, ¿no ves en qué época estás viviendo?, con kilos de realidades, toneladas de realidades, y entonces, ¿cómo podés mostrarte tan pequeño, tan chiquitito, y ser un cómplice más en esta carrera de posta en la que los rumores más absurdos, cuando no cínicos, salen de la oscuridad y quieren meterse en el pensamiento de los crédulos? Ya sé, decís que vienen desde el exterior contando con la colaboración de sus personeros, de los que, desgraciadamente, muchos son argentinos. Pero ¡no hablés tonterías! ¡Averiguá quien te entrega un billete falso... y no ves que si es falso, ¿cómo vas a comprar la verdad? ¿O vos no sabías que la verdad está en los hechos maravillosos que hoy nos rodean, y que la mentira está en esos rumores que no sabés que son calumnias? ¿Que creés en los rumores? ¿Que pensás firmemente que... "se va a venir una"? ¡Fenómeno la que se va a venir! ¡Vamos criatura, que somos pocos y nos conocemos mucho! ¡A mí no me la vas a contar!

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