
Porque Carter -aunque te hagas devoto seguidor como si fuera la Madre Teresa y te preocupes por su salud como si fuera tu padre- no deja de ser un despiadado cabrón, un sicario en toda regla, un competente matón. Lo que pasa es que nos ablanda cuando actúa movido por un fin tan comprensible como vengar a su hermano: somos seres de corazón blando.
El retrato de los paisajes urbanos de la Inglaterra industrial hace de marco perfecto para una historia oscura, un negro violento y una novela de lectura obligatoria para quienes gustamos del género.