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Castración del gato

Por Jgallego19
Castración del gato

La castración del gato habitualmente se hace cuando pensamos que está en una fase de comportamiento sexual que puede causar cualquier problema al animal.

La mayoría de los animales machos son castrados a menos que sean destinados como animales de cría. Ésta es una práctica común para evitar el inaceptable comportamiento sexual que el gato pueda tener, además de reducir la agresividad y evitar la cría accidental o indiscriminada.

Un macho que no está castrado es probable que vague y pelee con otros machos, y por supuesto buscará y atraerá fuertemente a las hembras. La orina del gato sin castrar es fuertemente olorosa. Por estas razones, un gato que no está castrado puede ser un compañero de hogar a veces desagradable.

¿Cómo afecta la castración del gato a su comportamiento?

El temperamento de un gato y su personalidad son fuertemente influenciados por su constitución genética y crianza. Cuando el gato ya está castrado, estos rasgos se ven afectados en gran cantidad por la ausencia de hormonas masculinas.

La castración no suele calmar totalmente a un gato que generalmente es hiperactivo, como tampoco disminuye al 100%  la agresividad. Dado que el cerebro del macho está “masculinizado” desde el nacimiento, la castración reducirá algunos, que no todos, de los comportamientos sexuales masculinos del animal.

Si la castración se realiza antes de la madurez sexual, ésto ayudará a prevenir el desarrollo de caracteres sexuales secundarios tales como púas del pene o glándulas alrededor de la base de la cola del gato.

¿En qué consiste la castración del gato?

La castración de los gatos implica anestesia general. La llamada orquitectomía consiste en una incisión que se hace sobre cada lado de la bolsa escrotal, de modo que cada testículo puede ser extirpado, y así eliminar la producción de espermatozoides y hormonas sexuales. Generalmente no requiere suturas externas. El riesgo de la anestesia general disminuye cuanto más joven sea el gato.

En algunos gatos, uno o ambos testículos pueden no estar dentro del saco escrotal, y pueden permanecer en el abdomen o en cualquier otro lugar a mitad de camino entre el canal inguinal y la bolsa escrotal. Ésto en los gatos se llama cliptorquidia, y con una cirugía más extensa, se deberán localizar los testículos y eliminarlos. Si los testículos no se quitan, se seguirán produciendo hormonas, y con ello volverán los problemas de conducta asociados con los gatos machos que no han sido castrados.

La vasectomía no se realiza normalmente en los gatos, ya que es un proceso quirúrgico que no elimina los testículos, si no los espermatozoides solamente, y el gato seguirá teniendo el mismo interés por las hembras.

Beneficios de la castración.

  • Control de la población. Miles de camadas de gatos son destruidas porque hay muchos más gatos nacidos que viviendas disponibles. Un único macho puede engendrar muchas camadas, y la castración es esencial para el control de la población. Aunque el deseo sexual se reduce en gran medida por la castración, algunos gatos pueden todavía y después de la misma sentirse atraídos por hembras.
  • Disminución de la agresión. Los gatos, hayan sido castrados o no, pueden meterse en peleas, pero siempre habrá más agresividad entre los gatos que no estén castrados que los que sí lo estén.
  • Reducción de la atracción sexual. Los machos que no están castrados vagan distancias mayores que las hembras o los gatos que sí están castrados. El impulso de vagar puede ser particularmente fuerte durante la temporada de apareamiento. La castración lo reduce en el 90% de los casos. La castración, en gran medida, reduce el interés sexual, pero algunos machos pueden seguir sintiéndose atraídos por las hembras e incluso aparearse.

Cambios físicos.

El olor de la orina de un gato macho es particularmente fuerte, la castración conduce a un olor de orina más normal. Muchos propietarios de gatos ya castrados dicen que la orina es menos olorosa.

Posibles efectos adversos.

Hay muchas ideas equivocadas acerca de los posibles efectos de la castración en la salud y el comportamiento del animal.

Los machos castrados tienen posibilidades de engordar o volverse más perezosos, pero con una dieta y ejercicio adecuados, no tienen por qué desarrollar ninguno de estos problemas.

Los comportamientos que el gato ha desarrollado independientemente de las influencias hormonales, tales como la habilidad para la caza, no se ven afectados.

De llevarse a cabo la castración, debe hacerse lo antes posible, a poder ser antes de la pubertad, ya que así el gato tiene menos posibilidades de desarrollar posibles problemas de conducta.

 


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