En días como hoy no dejo de pensar en Ridley Scott, que dijo una vez que él fue de los primeros en hablar acerca de la paranoia futurista de que las empresas acabarían por controlarlo todo. Esa frase tiene más validez que nunca en días como hoy, en el que los dos partidos políticos más grandes de España se han puesto de acuerdo para aprobar la infame “Ley Sinde”, ya sabéis, la que permite bloquear y censurar páginas web que contengan enlaces a descarga directa, enlaces a páginas con enlaces de descarga directa, páginas web que contengan enlaces que lleven a enlaces con enlaces… en fin, para cerrar páginas web si no les gustan. Punto. Como he leído por ahí, los derechos de autor se han convertido en una cuestión de estado, junto con cómo y dónde puede la gente fumar y pasar el tiempo libre en internet. De ahí que se haya aprobado esta polémica ley que entrará en vigor antes de Verano (qué rapido, ¿Verdad?) y que ha hecho muy feliz a gente tanto a este como al otro lado del Atlántico.
Uno de los personajes más visibles a favor de la Ley Sinde es el cantante Alejandro Sanz, el cual sigue llamándonos a todos ladrones, maleantes, sinvergüenzas y un largo etcétera que no pienso repetir porque estoy harto de escucharlo. Pero no todos los creadores están de acuerdo con esta medida judicial estúpida, como es el caso de un tipo que cada día me cae mejor, el escritor Juan Gomez-Jurado, que hace poco escribió un interesante artículo que Zach publicó aquí en su momento. En él carga contra la imagen que pretenden vendernos de que los internautas nos estamos cargando el cine, la música y que tenemos mucho que ver con el hambre en África. El caso es que a Alejandro Sanz no le sentó muy bien dicho artículo, por lo que, gracias al Twitter de Gomez- Jurado, nos enteramos de que el cantante le había pedido, de forma educada que…
“Si tienes cojones, regala uno de tus libros”.
Y dicho y hecho. Con la ayuda desinteresada de decenas de personas a través de Twitter, el escritor creó una página web en la que podemos descargar su novela Espía de Dios, un best seller publicado en numerosos países acerca de un asesino en serie suelto por el Vaticano en los días del funeral del Papa Juan Pablo II de forma totalmente gratuita. Y lo único que ha pedido el autor es que “si os mola el libro, donad un Euro a Save The Children“.
“Nadie va a controlarte. Si decides donar o no, queda entre tú y tu conciencia. A nosotros nos parece un trato justo”.
Juan Gomez-Jurado declara que, “desde que surgió esta idea sólo he encontrado colaboración y ayuda entre los internautas, así que este proyecto es ya más de ellos que mío. Yo he hecho mi trabajo, ahora prefiero quitarme de enmedio y que esto llegue lejos. Creo que el objetivo que me propuse está cumplido, que era demostrar que la gente es buena y que Internet es algo más y mejor que una cueva de ladrones […] hay gente que opina que la ‘Ley Sinde’ es necesaria, pero yo considero que tal y como está hecha es un absoluto desastre, y habría que reformarla desde el principio, empezando por crear una forma de mercado justa para todos. En el fondo, todo se resume en una sóla cosa: no podemos insultar a nuestros clientes. Así que hagamos las cosas bien”.
Este movimiento, creado hace menos de tres días, lleva recaudados ya más de cinco mil euros, todos, donativos de gente anónima que quieren demostrar que no son unos buitres, sino que permanecer en un mercado obsoleto que nos insulta y nos estrangula con leyes absurda es poco menos que risible. En cuanto a mí, como siempre que hago este tipo de post, suelo dar mi opinión, pero como estoy totalmente de acuerdo con este escritor sólo me queda puntualizar una cosa:
Hace años tuvimos un presidente del Gobierno que besaba los pies al gobierno norteamericano. Poco después de unos terribles sucesos bélicos fuera y dentro de nuestro país, hubo un cambio de gobierno que hizo todo lo posible por distanciarse de esas posturas tan extremistas, lo que consiguió que España pareciera quedar relegada a un segundo plano dentro de la política internacional. Es célebre el gélido apretón de manos entre George Bush y Zapatero, en el que quedaba claro que, de alguna forma, nos habían echado del círculo. Años más tarde, tras la victoria de Barack Obama, el gobierno español tenía muchísimas ganas de congraciarse con los americanos, y estaban tan dispuestos a demostrar su servidumbre y amabilidad, que accedieron a crear una ley que pasase por encima de todos y contra todos para proteger los intereses de las grandes productoras y distribuidoras cinematográficas estadounidenses. La ley ha sido aprobada esta misma mañana, de una forma tan rápida que confirma los que Wikileaks llevaba meses afirmando: “que no querían debilitar la ley mediante enmiendas o debates”.
El atropello que hemos observado hoy es fruto de ese apretón de manos, de esas ganas de algunos de ponerse a los pies de los demás y que les digan qué tienen que hacer para cumplirlo. Yo no sé lo que es el cine, si es arte, entretenimiento o un negocio, pero si sé lo que no es, y es política.