Ese célebre consejo que ha dado lugar incluso a tĂtulo cinematogrĂĄfico de “Nunca hables con extraĂąos”, respondiendo a las enseĂąanzas de nuestra madre de nunca irnos con desconocidos estĂĄ apunto de irse al traste, si es que no se ha ido ya. Ahora, en pleno siglo XXI la moralidad se ha dado la vuelta, y se impone justo todo lo contrario. Lo desconocido nos atrae.
Y el mundo de internet y las redes sociales asĂ lo motivan. Al tiempo que las aplicaciones mĂłviles lo favorecen. Hoy el que estĂĄ solo es porque quiere, ya que conocer gente es mucho mĂĄs fĂĄcil que nunca. Queda al alcance de nuestra mano, y mĂĄs concreto, de nuestro mĂłvil. Gente a fin, gente extraĂąa, para hacer negocios, para el ocio o para ligar. Todo es posible con las “apps“.
Hace apenas unos dĂas presentĂĄbamos Meetizer, la aplicaciĂłn para aprovechar bien el tiempo mientras conoces gente que merecen la pena por todo cuanto pueden aportarte en tu tiempo libre. Hoy damos la vuelta a la tortilla para hablar de Chance, donde todo se lo debemos al azar. AquĂ no se buscan afinidades ni requisitos o deseos, sino sĂłlo llamar al destino.
El destino propone y tu criterio dispone
Y es que es el azar el que nos presentarĂĄ a desconocidos con los que entablar una posible relaciĂłn si aceptamos el encuentro. De manera aleatoria, nos muestra, la aplicaciĂłn conecta a dos personas. Lo que siga ahora, dependerĂĄ de ellos mismos. Y es posible huir, mediante un botĂłn de huĂda, por si nos entra un ataque de timidez, o si la intuiciĂłn nos dice que esa persona no es la que buscamos.
El método de funcionamiento de Chance, que no es la Ăşnica aplicaciĂłn de estas caracterĂsticas, sin embargo, suscita mucha desconfianza, al no tener idea alguna, ni tampoco garantĂas de quién estĂĄ al otro lado de la lĂnea. Por lo que se recomienda prudencia a sus usuarios, y que cuiden los datos que deciden compartir, ademĂĄs sobre todo de las imĂĄgenes.
Cualquier cosa puede suceder en Chance. Y esto también ha sido objeto de crĂticas, pues hay quienes la califican como frĂa e incluso espeluznante. Tal y como estĂĄ el mundo, Âżquién se arriesgarĂa a citarse con un completo desconocido? A juzgar por la velocidad de creaciĂłn de nuevas “apps” con ese fin, da miedo planteĂĄrselo. Pero parecen exitosas.