Al sur de Bretaña…
La segunda parte de nuestro viaje de este verano en Francia se centra en la costa sur de Bretaña. Tras pasar por Carnac donde pudimos contemplar los asentamientos megaliticos que realmente impresionan, apenas a unos kilómetros acercándonos aún mas a la costa, llegamos al Château de Locguenolé, ubicado en el termino de Kervignac.
Recomiendo este hotel a todo aquel que busque un verdadero remanso de paz en Bretaña. Es sin duda un lugar al que me retiraría a pasar unas semanas por lo precioso del entorno y por ese silencio que lo envuelve. Es un silencio cargado de ruidos de la naturaleza, rumor del mar a lo lejos y los sonidos del bosque que lo rodea.
Sin duda el clima y la vegetación de Bretaña contribuyen a las sensaciones al pasear por el bosque y los jardines de este hotel. También navegar adentrándose en el brazo de mar que se acerca hasta unos metros del edificio es una experiencia muy especial.
Si alguien que lea este post ha leido la novela o visto la película de “Orgullo y Prejuicio”, de Jane Austen, me entenderá si le digo que asomada a las ventanas de mi habitación, en la segunda planta del hotel, tenía la certeza de que en cualquier momento Mr Darcy iba a aparecer acercandose al edificio, por la amplia explanada que lleva hacia el mar. Me sentía muy Elizabeth, la verdad.
El tiempo en Bretaña siempre es incierto, alternandose en verano los dias claros, de temperatura templada y los lluviosos. No tengo asociado el verano a estas sensaciones, pero tengo que decir que me enamoró este sitio, con un clima fresco, pero cómodo para verano y en ocasiones alguna lluvia ligera que daba aún mas encanto y ambiente intimista al entorno.
Château de Locguenolé fué construido alrededor de 1800, casi coincidiendo con la publicación de Orgullo y Prejuicio en 1813, y ha ido pasando por herencia a las mujeres de la familia del Marques de Latour-Maubourg que, desde el cuadro que preside el salón principal parece saludarte (yo le daba las buenas noches todos los días y mi marido que ya está acostumbrado a mis rarezas añadía “hasta mañana Latour”.
Es curioso que este Marques fué embajador en España.
Hoy su no-se-cuantos-nieto, Bruno de la Sablière es el propietario. Un noble francés, elegante, amable y cercano que está todos los fines de semana en el hotel en sus apartamentos del Manoir, la casa que aparece en la fotografía junto al edificio principal de Châeau.
La decoración es completamente de época, como suele ser habitual en la cadena Reaix & Château a la que pertenece y más en Francia dónde esta cadena mantiene el sabor clásico de los establecimientos que se adhieren a ella.
La sorpresa mayor en Locguenolé se produce a la hora de la cena.
El Chef Olivier Beurné, responsable de su restaurante acreditado con una estrella Michelín…
…nos obsequió con una cena memorable, en la que la gastronómia francesa, para mi gusto demostraba porqué es mundialmente famosa.
En mi opinión uno de los platos que se sirven en este restaurante es de los mas impresionantes que he probado en m vida ” El Saint-Pierre con trufa y láminas de almendras” . Un plato sofisticado, suave, pero de profundo sabor y al que la trufa le aporta unos matices sorprendentes. La almendra, crocante entre los dos filetes del pescado superpuestos es toda una sorpresa.
Os recomiendo la experiencia del restaurante en el Château de Locguenolé incluso si no os alojais en el hotel.
Château de Locguenolé es una magnifica “base de operaciones” desde la que visitar toda la costa sur de Bretaña en la que recomiendo que no dejeis de ver Carnac, Guimper, Pont-Aven, Concarneau, Vannes, Rennes, Le Faou…donde os impregnareis de la belleza de su naturaleza, la uniformidad de sus pueblos, y un imperante sabor medieval.
Todo un descubrimiento en Bretaña han sido sus Crêpes y Galettes, tipicos en toda la zona y preparados de mil maneras imaginables (deliciosas) y los Caramels Au Beurre Salé, una especie de Tofee blandito que ya he incorporado a una de las recetas en el blog “Panna Cotta de Vainilla con Coulis de Caramelo de beurre Salé”, sencillamente delicioso.
En Château de Locguenolé cada rincón es una experiencia.