La experiencia fue muy agradable, pero el día de nuestra visita fue un domingo y los domingos no abre el restaurante, limitándose la actividad a la barra del bar.
Pero da lo mismo, mereció la pena. Desde esa barra clara y bien iluminada, tienes a tu disposición una muy buena relación de vinos internacionales con que acompañar alguna deliciosa muestra de sus quesos.
Pedimos una tabla de degustación para dos personas, fue delicioso, ante nuestros ojos aparecieron ordenados unas cuantas muestras de quesos internacionales y digo ordenados porque te aconsejan que los degustes de menor a mayor intensidad, terminando con muestras ahumadas y de quesos azules.
La tabla se acompaña de pan, uvas pasas y frutos secos.
Aquí podéis ver exactamente qué quesos nos sirvieron.
En definitiva, un lugar muy recomendable al que acudiremos en formato restaurante, porque nos paseamos por la sala y…. ¡madre mía que colección de maravillosos quesos pueden apreciarse! y es que los quesos no sólo se comen, particularmente siento un gran placer al visualizar quesos, me parece el paquete de comida natural más hermoso…
¡Ay, que hambre me está entrando!.
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