¡¡¡Por fin!!! ¡Por fin me han devuelto mi ordenador y puedo publicar esta delicia!
Veréis, la preparé con toda mi ilusión el pasado fin de semana deseando que llegara el lunes para compartirla con todos vosotros pero, ay... ¡Mi ordenador dijo basta! ¡Basta de que me lleves de acá para allá emparedado entre una cantidad bestial de libros! Decido que me voy de vacaciones. Y así fue. El domingo me pasé toda la noche editando las fotos y funcionó perfectísimamente, pero al parecer, a mi portátil no le gustan los lunes y decidió que su pantalla dejara de funcionar :( Pero lo peor estaba por llegar...Cuando lo llevé a la tienda, el amable chico me dijo con muy buenas palabras que, como fuera el no se qué de la pantalla, estaba fastidiada porque el arreglo me costaría unos 300 €!!!!! AAAAAGGGGHHH!!!Me pasé la noche del lunes, el completo martes y parte de hoy miércoles rezando a todos los santos que se me ocurrían para que solo fuera una tontería de algún cable y...¡¡Gracias a Dios que lo ha sido!! Al final un cablecillo de nada estaba desconectado... Ay, menos mal!Así que ya puedo compartir con todos vosotros este pecado.Si me leéis con frecuencia, sabéis que mi obsesión por las tartas de queso me ha llevado desde la típica de Nueva York, hasta la pecaminosa de chocolate, pasando por cupcakes de tarta de queso y polos de cheesecake.Pues cuando ya pensaba que mi locura había tocado límite, se me ocurre que por qué no, voy a hacerme un recetario internacional de recetas de cheesecake. Ya tengo la New York style, pero he encontrado prometedoras recetas de London cheesecake, el Käsekuchen alemán y la que más llamaba mi atención de todas: El Cheesecake Japonés, también llamado soft cotton cake (algo así como tarta de algodón). El por qué de ese nombre lo descubriréis cuando la hagáis... ,¡Porque esta tarta es absolutamente delicada! Nada que ver con su hermana neoyorkina... ¡Es algodón puro! Yo la sitúo en un punto intermedio entre un bizcocho súper esponjoso y ligero y una mousse cremosa y suave. Es súper ligera y con una textura que se funde en la boca...¡¡Ay!! ¡No podéis imaginaros lo difícil que es estar escribiendo sobre ella y saber que ya no queda ni una miga!Su diferencia fundamental con el resto de tartas de queso es que utiliza muy poco de éste ingrediente y que su preparación se parece mucho a la de una mousse o un Angel Food Cake: usa claras montadas que le dan ligereza e integran un montón de aire.Además, os soprenderá la forma en la que se integra el queso... Leed la preparación y me contáis.Por ello os advierto de que hay que ser cuidadosos al prepararla, ya que es súuuuper frágil y si no tenemos maña para integrar las claras, se nos bajará totalmente.¡Aquí tenéis la receta! La saqué de algún blog, pero como la apunté rápido en un papel no me acuerdo de dónde fue! Lo siento! Si la autora o autor lee la entrada que me perdone por no mencionar su blog! CHEESECAKE JAPONÉS (Soft Cotton Cake)Ingredientes para un molde de 23 cm:
- 140 g de azúcar
- 6 huevos (separados en claras y yemas y a temperatura ambiente)
- 1/4 de cucharadita de Cremor Tártaro (lo podéis encontrar en tiendas de repostería o en internet. Echad un vistazo a Recomendaciones)
- 50 g de mantequilla
- 250 g de queso crema
- 100 ml de leche semi
- 1 cucharada y media de zumo de limón
- 60 g de harina
- 20 g de Maizena
- Una pizca de sal
Elaboración:1. Precalentamos el horno a 160º y engrasamos el molde con spray desmoldante o con un poco de aceite. Además, forramos su exterior con papel de aluminio ya que hornearemos al baño maría y así evitaremos que se filtre el agua en el molde.2. Ponemos el queso, la mantequilla y la leche en un bol resistente al calor y colocamos éste en un cazo con agua para hacer un baño maría. Si tenéis un cazo con doble fondo os ahorraréis el bol. Lo ponemos a fuego lento y dejamos que se funda todo y se forme una crema sedosa y sin grumos. Reservamos para que se temple.3. Tamizamos las harinas y, cuando la crema esté templada, las añadimos a ésta junto con la sal, las yemas y el zumo de limón. Mezclamos bien hasta que quede muy homogéneo.4. Preparamos un merengue. Ponemos en el bol de la batidora (o en otro bol usando unas varillas normales) las claras y el cremor tártaro y batimos hasta que estén espumosas. Paramos, añadimos el el azúcar y seguimos batiendo hasta conseguir picos blandos. Para saber cuando está, levantaremos las varillas. Si el pico que queda en ellas al levantarlas se dobla ligeramente hacia un lado y después se queda quieto, estarán listas. No os paséis y hagáis picos duros, ya que si no será imposible integrar el merengue en el resto de la mezcla.5. Con mucho cuidado, ponemos 1/3 del merengue en la crema de queso y lo mezclamos muy suavemente con ayuda de una lengua y mediante movimientos envolventes, desde el centro hasta los extremos. Cuando esté integrado, añadimos otro tercio y repetimos el proceso.Por último, vertemos toda esa mezcla en el bol del merengue restante (en lugar de echar el merengue en la crema como antes) y repetimos los movimientos envolventes hasta integrar.6. Vertemos la mezcla en el molde, lo colocamos sobre una bandeja de horno con agua que llegue hasta la mitad del molde y horneamos durante una hora aproximadamente, o hasta que el cheesecake esté firme y bien dorado por encima.7. Apagamos el horno y dejamos que se atempere un poco dentro de éste para evitar un cambio brusco de temperatura. Cuando esté templado, lo sacamos a la encimera y lo dejamos ahí hasta que esté completamente frío. Después lo metemos a la nevera y lo dejamos toda la noche.8. Decoramos con mermelada, un poco de azúcar glasé o unos frutos del bosque.NOTA: Usad un molde bien alto porque este cheesecake suele subir muchísimo! Y no os preocupéis si durante el horneado sube más por un lado que por otro. Luego se aplana al enfriarse y queda todo igual.
Espero que la hagáis pronto, porque de verdad que merece la pena ser cuidadoso y todo el trabajo que lleva porque está... ¡DELICIOSÍSIMA!¡Hasta la próxima!