Casi sin Spoilers.
Somos grandes aficionados al cine y, evidentemente, a la Gastronomía y a los viajes, por lo que "teníamos" que ir a ver #Chef el día del estreno (tengamos en cuenta, además, que entrar en un cine es un pequeño gran placer en una tórrida noche veraniega).
La película es una "Road movie", lo cual, para mi, mejoraba aún la perspectiva. Soy un gran aficionado a este sub-género cinematográfico en el que algún individuo recorre Estados Unidos por sus carreteras mientras va realizando un viaje interior que le hará muy diferente al que era cuando inició el viaje.
Ojo, no os despistéis, la película es amable, simpática, divertida..., por momentos muy divertida. De esas que te hacen reconciliar con el género humano.
¿Y de qué va?.
De un chef (papel interpretado por Jon Favreau, que es, además, director, guionista y productor, además de tener aspecto de mafioso de Nueva Jersey con apellido de cantante italiano) que un día lo deja todo debido a un enfrentamiento con un blogger crítico gastronómico (uyuyuy...) que domina las redes mucho mejor que él. En ese momento se da cuenta de que ya no controla su vida y decide reinventarse desde el principio, por lo que se embarca (o mejor dicho, se sube) en un "camión de comida" un food-truck con el que vuelve a sus orígenes y realiza un viaje, acompañado de un amigo y de su propio hijo, desde Miami hasta California pasando por lugares como Nueva Orleans o Austin. Por cierto, no os perdáis la maravillosa banda sonora, que tiene, para mí su momento cumbre en un garito de Austin.
La película describe las relaciones conflictivas que se dan entre el proceso creativo de un chef y el propietario de un restaurante, o el relativo poder de la crítica gastronómica. Pero principalmente describe muy bien la influencia actual que este mundo de redes sociales puede tener en algo como el negocio de un restaurante. Para bien y para mal.
En la peli hay pequeños papeles para grandes actores amigos de Jon Favreau, que ha pasado de las grandes producciones a una producción independiente en la que pudiera controlar todo el proceso creativo, algo muy en paralelo a su personaje en la película.
Os la recomiendo, pasaréis un buen rato, os reiréis y luego podéis establecer un debate acerca de algunas cuestiones que se plantean en la peli, como quien tiene razón, si el dueño o el chef, porqué esa admiración hacia cualquier cosa que parezca francesa, aunque pase por el filtro de Nueva Orleans... etc...
Pero todas estas cuestiones palidecen ante la gran pregunta que, para mí, plantea la peli, a quién prefieres, ¿a Sofía Vergara o a Scarlett Johannsson?. Venga va, yo me mojo, me quedo con Scarlett, pero rubia.