Revista Cultura y Ocio
No hay fin de semana sin música. Hasta ahora no me había atrevido a abordar al que es uno de los mejores poetas-músicos de la Historia de nuestra especie. Por eso mismo, por lo que no hablé aún de Lorca o de otros muchos grandes. Pero hoy, por varios motivos, todos del corazón, me lanzo a la piscina para hablaros del grandísimo Chico Buarque. Hablar del músico es hablar de una pequeña parte. Es no hablar del novelista, dramaturgo, compositor tenaz, político, resistente, hombre.Pero es lo que toca. Es la música lo que más le expandió fuera de su entorno carioca y luego, fuera de su Brasil.Hijo de intelectuales y con una formación trilingüe, pasando su infancia entre Rio, São Paulo y Roma, su solidez cultural y su inmersión musical le permiten componer desde muy joven. Pero su fama sería enorme cuando Nara Leão gana el Festival da Canção en 1966 con su ahora archiconocida "A Banda"
Después de eso y de todas las adaptaciones y traducciones posibles de la canción, las puertas de la fama se le abren de par en par, creando nuevos éxitos constantes. Es en esa época que musica la obra de José Cabral de Melo Neto, "Morte e Vida Severina" alcanzando un éxito internacional con la crítica social de la música "Funeral de um Lavrador". Pero su claro posicionamiento político entra en conflicto con la dictadura que imperaba en el país desde 1964, hasta el punto que debe exiliarse durante un año, como hicieron Caetano Veloso y su hermana Maria Bethânia. A su regreso, continúa en la crítica al regimen donde su archiconocida "O que sera - A flor da terra" será mundialmente conocida y nuevamente, traducida, alcanzando todos los rincones de todas las pútridas dictaduras de la época, con más o menos éxito. Una bella letra y una música pegadiza, perfecta.
O el maravilloso juego de palabras perfecto de la letra de "Cálice" (Cáliz, Cale-se, Cállese), en su calidad de poeta.
Pero, como en una de us recopilaciones, que divide sus canciones entre las del malandro (el jeta, por su "Ópera do Malandro"), el poeta, el amante, el político, etc, Buarque tiene otras facetas, la de la poesía bella de amor y el de la música alegre y humorística.
Y sobre todo, porque siempre me siguió desde aquél verano del 2001, que fue el mejor verano de mi vida. Un verano de sol y de persianas, de Caparica, helados y simpleza, que no olvido porque no puede ser olvidado por nadie que haya vivido algo igual.