Llegamos a Christchurch después de pocas horas de vuelo, entre el control de pasaporte y la aduana nos comemos un plátano para poder decir que No cuando nos preguntan si llevamos comida fresca, justo antes de pasar todas las mochilas, maletas, bolsas y bolsitas por un escáner gigante. Intento sacar dinero de un cajero pero una de mis tarjetas decide no funcionar y Marta saca dinero mientras el perro más mono del universo se acerca a mí y empieza a oler mi mochila. Una policía me pregunta si hace poco que llevaba comida en la bolsa y le respondo que menos de 5 minutos, nos pide que nos separemos de la bolsa y la revisa de arriba abajo antes de darle unas palmadas y una galleta felicitando al perro y devolvérnosla con una sonrisa. Se abren las puertas y un señor de dos metros con cara de malas pulgas sujeta un cartel que pone Azahura. Me dirijo a él sin ninguna intención de sacarle de su error y me presento como Aza, ni para ti ni para mí. La cara de malas pulgas desaparece para convertirse en un hombre súper simpático que no deja de hablar durante todo el trayecto hasta el alojamiento y hasta para en una pizzería cercana para que podemos comer algo antes de irnos a dormir. Una vez llegadas a la recepción nos da papelitos para poder conectarnos a internet unas pocas horas, un cartón de leche y nos envía a la cama, al día siguiente ya nos explicará cosas. Estamos en un apartamento con cocina y abro cajones y armarios hasta que encuentro una espumadera con la que batir la leche, la espuma de leche con Nesquik está deliciosa!
Después que el señor de 2 metros nos recomendara varios sitios para comer y nos enterrara en una montaña de panfletos informativos nos echamos a caminar para ver la ciudad. Para entender la ciudad hay que saber algunas cosas que nosotras no teníamos ni idea hasta que llegamos allí y empezamos a ver “medios” edificios. Casi todo Christchurch fue destruido por una serie de terremotos entre 2010 y 2012 y es que Nueva Zelanda está en el medio de la falla del pacífico. El primero fue el 4 de septiembre del 2010 con una magnitud de 7.1, seis meses después otro de 6.3 que a pesar de ser de menor magnitud está registrado como el terremoto más intenso y violento ocurrido en una zona urbana haciendo colapsar parte de la catedral y muchos edificios de los alrededores. El 2011 todavía hubo otros de 5.6, 6.3, 5.8, 6, 5.1, 4.2, 5.5…. En total se registraron 4588 terremotos de una magnitud mayor de 3 entre septiembre 2010 y septiembre de 2014.
No es de extrañar que la Catedral esté cerrada y que sólo se puedan ver las ruinas desde fuera, la plaza central es un vacío en el que sólo puedes imaginar los edificios gracias a una foto que han puesto para indicar dónde estaban. Aunque poco a poco van restaurando edificios y volviendo a crecer como ciudad, en la plaza central hay un ajedrez gigante en el que los locales juegan mientras otro nos evita con su bici y un tercero canta canciones religiosas frente a la antigua catedral para que le des dinero.
Paseamos sin mucho rumbo por la ciudad y acabamos en las puertas del Lagley Park donde preguntamos por el centro comercial de la ciudad. El Re:Start Se trata de un centro comercial construido con contenedores de mercancías de esos grandes que llevan en los barcos. Fue totalmente destruido en los terremotos cuando se provocó un pico de aceleración en el centro de la ciudad incrementando la gravedad hasta un 180% Por suerte se pudo volver a abrir el mismo año.
Aprovecho para comprarme unos guantes, todavía no hace frío pero nuestra siguiente parada son unos fiordos y un glacial. Siguiendo una tradición establecida hace muchos años cogemos un autobús a “cualquier sitio” para ver le paisaje, los edificios y conocer la ciudad. El lugar escogido es Lyttelton una ciudad costera de la que no sabemos que el epicentro del terremoto más violento fue a apenas 5km de ahí. Hay una estación con muchas vías que parece abandonada, un puerto de mercancías, un parque y una zona para dejar comida o recursos que puedan ser utilizados y cogidos por quien lo necesite. Pero ahí mismo descubrimos una maravilla para el paladar Las Cookie Fix de Cookie Time.
Una vez descubrimos que hay una reserva natural de animales donde hay Kiwis, el animal que no tiene nada que ver con lo que nos comemos en España, no podemos evitar dirigirnos hacía allí. Ricky, el señor de dos metros de alto, nos da vales de descuento. Es relativamente fácil llegar al WillowBank Wildlife Reserve, son sólo dos buses, pero resulta especialmente fácil gracias a los Neo Zelandeses que no dudan en ayudarnos y darnos indicaciones para llegar. Además de la entrada puedes comprar comida para dar a los animales lo que hace que se acerquen a ti en cuando te ven pasar. Eso da un poco de miedo cuando un cerdo muy muy pero muy feo se acerca ti pidiendo comida, aunque tenga un cartelito explicando que es una especie herbívora no estoy muy convencida cuando extiendo mi mano para tocarlo.
Hay cisnes, llamas, gallinas raras, cabras, canguros, pollitos, takahe, patos, tuataras (una especie de lagartos), gecos, lemurs… yo me emociono con todos ellos. Sí, hasta con los conejos más genéricos del mundo. ¡No tengo pueblo! Marta por su lado sí tiene pueblo y sólo se deja impresionar por la atracción principal. El símbolo de Nueva Zelanda y el motivo por el que a los Neo Zelandeses se les llama Kiwis. Seis animalitos nocturnos que se esconden en una sala oscura muy grande con vegetación y aunque te pases una hora sólo conseguirás ver a cuatro y sólo cuando ellos quieran mostrarse. ¿Cómo lo sé? Pues porque efectivamente me pasé una hora intentando buscar a Wally, digoo a los 5 kiwis. Pero antes de llegar a ellos hemos de entrar en una cabaña que explica los hechos más destacados de los Kiwis, por ejemplo que huelen a través de su pico el cual arrastran por el suelo buscando lombrices o que sus huevos pueden llegar a pesar un cuarto del peso de la hembra. ¿Quién se apunta a parir un huevo de 20 kilos? En algunas especies es el macho quien se encarga de incubarlos, en otras una hembra puede tener hasta tres nidos a la vez con tres huevos diferentes. Una vez pasada la cabaña de datos y más datos aparecen los carteles pidiendo silencio y entramos en una habitación oscura donde sólo se pueden ver algunas luces rojas y mucha vegetación. En realidad también puedes ver a la niña rubia que grita “Lo he vistoooooo” pero no creo que sea parte de la atracción. En silencio caminamos a través de un pasillo con árboles a derecha e izquierda y cuando nos fijamos mucho vemos algo que no es un árbol sino un pájaro marrón con un pico muy largo. Cuando nuestros ojos se acostumbraron a la oscuridad y empezamos a divisar los ultra quietos kiwis vemos uno que nos habíamos pasado y que se ha tomado un par de cafeteras muy cargadas antes de nuestra llegada y corre de un lado para el otro. De hecho no es del todo cierto que viera cuatro de los cinco Kiwis que decían estar en la habitación. Vi tres claramente y a un montón de ramas que tenían unas piernas y que temblaban con vida propia.
Antes de recoger el coche que nos llevará por la isla sur y marcharnos de Christchurch hacemos otra visita al supermercado. Donde volvemos a darnos cuenta que Nueva Zelanda no sólo son dos islas sino que están un poco aisladas cuando un cartel informa que debido a la escasez de patatas nacional de vez en cuando no podrán ofrecer todas las variedades de patatas fritas.
Por cierto sabíais que Christchuch es una de las 8 ciudades del mundo que tiene otras ciudades como antípodas. Así la gente que está en A Coruña: Un saludo desde la otra punta del mundo!
Bueno ahora te vas a reir
¿podrias decirme que animal es ese que lleva todo el cuerpo cubierto con plumas blancas?
es un pollo muy raro .
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Nunca me reiría de una pregunta Carmen. Tener curiosidad es lo que nos mueve. Pero lo cierto es que no estoy segura, creo recordar que era una gallina de una especie autóctona.
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