Invernadero de la Estación de Atocha de Madrid.
(En voz alta). No dejan de asombrarme, divertirme y conmoverme (no siempre en ese orden aunque a menudo todo junto) los textos de Ángel Mosterín. ">">Este se me había traspapelado en los suburbios de FB. Menos mal que por poco tiempo, pues aborda de forma directa y con buen pulso, además de con el inconfundible estilo mezcla de inteligencia y zumba que profesa el autor, uno de los temas candentes de nuestro tiempo y el único que, a mi modesto entender, tiene verdadera importancia: las relaciones entre ciencia y poesía. No dejen que este tren pase de largo.