Cifras y datos de la microcefalia

A raíz de la posible relación del virus zika con la microcefalia en bebés, se han disparado las búsquedas en internet sobre cifras y datos de la microcefalia, un trastorno neurológico que se caracteriza por una alteración de la circunferencia de la cabeza, siendo mucho más pequeña en relación a la edad y el sexo del bebé. Los niños con microcefalia pueden nacer con una cabeza de tamaño normal o reducido, se trata de una cabeza que tras el parto deja de crecer, mientras el resto de la cara se continuará desarrollando y a medida que el bebé crece se aprecia mucho más la pequeñez del cráneo.

En principio la microcefalia es una alteración rara con una prevalencia bastante reducida, se puede citar como ejemplo Brasil, en ese país se producían cinco casos por cada 100.000 nacimientos, pero tras la aparición del virus su incidencia se ha multiplicado varias veces. En algunos casos, para saber si un recién nacido tiene microcefalia, se procede a medir el perímetro craneal 24 horas tras el parto, la cifra resultante se compara con unos patrones estandarizados de crecimiento y se va realizando un seguimiento en el que se mostrará si la cabeza crece o no.
A la hora de interpretar los resultados de la medición hay que tener en cuenta la edad gestacional del bebé, el peso y la talla, en el caso de que se sospeche de la presencia de microcefalia, se procede a una revisión exhaustiva de los datos, se realizan pruebas radiológicas cerebrales y se realizan mediciones del perímetro craneal con más frecuencia. Los expertos proceden a realizar comparativas de los resultados obtenidos de las mediciones con los patrones de crecimiento. Paralelamente también se llevan a cabo otras pruebas para detectar posibles causas conocidas que hayan provocado la microcefalia.

Aunque no existen pruebas específicas que determinen si un niño va a nacer con microcefalia, en algunos casos se puede apreciar en la ecografía del tercer trimestre la presencia del trastorno neurológico. La microcefalia puede ser leve o grave, en algunos casos el cerebro tiene un reducido crecimiento lo que provoca que tengan problemas físicos y de aprendizaje. No existe tratamiento específico para la microcefalia, no se puede agradar la cabeza o revertir las complicaciones derivadas del trastorno, los tratamiento se centran en gestionar la condición de los pacientes a través de programas de intervención que tienen la finalidad de fortalecer las capacidades de los niños, lenguaje, terapia física, etc.

Son varias las causas que pueden provocar microcefalia en los bebés en desarrollo, pero aunque no todas se pueden determinar, sí se pueden nombrar las frecuentes. Anomalías genéticas, una malnutrición grave durante el embarazo, la exposición a productos químicos, radiación o metales pesados como el mercurio o el arsénico, fumar y beber alcohol durante el embarazo, o sufrir determinadas infecciones como el herpes, la rubeola, la toxoplasmosis, etc.

Muchos niños con microcefalia no presentan síntomas al nacer, sólo tienen la cabeza más pequeña, pero posteriormente y a medida que se desarrollan pueden sufrir problemas como la epilepsia, parálisis cerebral, pérdida de visión y audición, etc. Otros niños, a pesar de sufrir microcefalia se pueden desarrollar con una inteligencia normal y no sufrir algunos de los problemas descritos, aunque estos son los menos (15%). Sobre la esperanza de vida, hay que decir que es más reducida en quienes sufren este problema pero varía dependiendo de muchos factores, como por ejemplo padecer otras enfermedades, la atención médica que se recibe, el cuidado que profieren padres y familiares, etc.

Muchas personas esperan a que la OMS (Organización Mundial de la Salud) dé a conocer los resultados de las investigaciones que se llevan a cabo para saber si el virus zika es una de las causas de la microcefalia, de ser así, seguramente se volverán a multiplicar las búsquedas sobre esta patología y sobre cómo evitar al mosquito que transmite el virus.

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