Cinco caras ‘diferentes’ de Cantabria
Por Pstdeviaje
@PsTdeViaje
Cantabria es una región pequeña, pero matona. Una tierra hermosa donde las halla que tiene mucho más que ofrecer que playa y más playa. Aunque sus playas son preciosas, para que nos vamos a engañar. No obstante, muchas más actividades y paisajes son las que ofrece esta montañosa región que tanto empeño puso en conquistar el emperador Augusto. Cinco de ellas se recogen en el siguiente listado fruto de la experiencia de la periodista que escribe y que nunca se cansará de recorrer una tierruca que, pese a su tamaño, presume con descaro de ser Infinita.
Parque de la Naturaleza de Cabárceno
Créditos: Cristina E. Lozano
Visita Salvaje al Parque de la Naturaleza de Cabárceno
Muchos años lleva ya abierto el zoológico de Cabárceno, a menos de 20 kilómetros de Santander, pero apenas unos meses arrancó una nueva modalidad de visita, una salvaje, que permite acercarse a los animales hasta el punto de darles de comer. Atrévete a acariciar a las jirafas, a dar de comer a las cebras, a saludar al rinoceronte blanco, a sostener un águila imperial en el brazo, a tocar un elefante y a recorrer el recinto de los osos pardo en un Land Rover. No será una experiencia barata pero si inolvidable.
Picos de Europa, Cantabria
Creditos: Cristina E. Lozano
Sube a los Picos de Europa
Aunque la mayor parte de la Reserva Natural de los Picos de Europa va a caer en Asturias, en Cantabria también hay un cachito de paraíso montañoso. La forma más cómoda y rápida de ascender a él es utilizando el teleférico de Fuente De (pasando la coqueta localidad de Potes donde, por cierto, sirven unos cocidos lebaniegos y un orujo de bandera). Una vez arriba hazte una ruta con o sin nieve, dependiendo de la estación, o, simplemente, contempla el paisaje. Merece mucho la pena.
Escala ferratas en el Parque de los Collados del Asón
La zona de Ramales de la Victoria, en la parte más oriental de Cantabria, puede presumir y presume de haber sido el lugar en el que se instaló la primera vía ferrata de la región y, si no me equivoco, la primera de la cornisa cantábrica. Con tu material o con el que alquiles en la oficina de turismo de la localidad (al módico precio de 9 euros todo el día) asciende por El Cáliz y, si te ves con ganas, por El Risco después. No faltarán los puentes tibetanos en esta aventura, tramos que no tendrás que cruzar si, digamos, ese día no te apetece.
Contempla las estrellas desde el Puerto de Los Tornos
Una carretera sinuosa con decenas de curvas y poco iluminada lleva hasta un sencillo mirador de piedra ubicado en Los Tornos, uno de los puertos que comunican Cantabria con Castilla y León. Atrévete a subirlo por la noche (ojo que el camino tiene poca iluminación) para contemplar desde allí el cielo. Gracias a la altura y a la poca o nula contaminación lumínica de la zona la bóveda celeste si el día está despejado se muestra impresionante.
Playa de Somocuevas, Cantabria
Créditos: Cristina E. Lozano
Descubre las playas ‘secretas’ de Santander
Aunque la capital cántabra cuenta con más de cinco playas, todas y cada una de ellas bien bonitas, merece la pena coger el coche y plantarse en la zona de Liencres y la Virgen del Mar. Si estás vivo y la orientación no te falla serás capaz de encontrar playas salvajes como la de Covachos (que sólo se deja ver en momento de marea baja) o la de Somocuevas (ideal si sopla el nordeste porque está en dirección opuesta). Ambas impolutas, nudistas y sin socorrista. Ideales para perderse y no ser encontrado.
© Cristina E. Lozano, Derechos Reservados
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