Cincodays Bonus – La importancia de recuperarse bien

Cincodays Bonus…por César del Campo de Acuña

La importancia de…recuperarse bien.

Aquellos que me conocen bien saben que durante años fui uno de esos niños que se olvidaban a posta la ropa de educación física por la vergüenza que me producía la falta de coordinación que me producía mí, por aquel entonces, inusual estatura. Eso sí, con el paso del tiempo, no solo empecé a armonizar mejor mis movimientos, sino que comencé a desarrollar un fuerte interés por el baloncesto y todo lo que tuviera que ver con el deporte de la canasta. Jugaba de sol a sombra, en todos los recreos, todos los fines de semana; No importaba si hacía calor, frio o viento (siendo esta última condición climatología todo un dolor de muelas cuando vives en la zona costera de la provincia de Cádiz y juegas al raso) o si no tenía con quien tirar unos tirillos. Tanto me gustaba que no paraba ni por molestias, dolores o lesiones. Afortunadamente nunca he sufrido una rotura o una lesión que me dejara en el banquillo durante un tiempo prolongado y con prolongado me refiero a más allá de la semana de reposo. Pero claro, cuando eres un preadolescente o un adolescente, te crees inmortal y no le prestas atención a esos pequeños dolorcillos que te acompañan cada día cuando caminas, cuando corres, cuando saltas y cuando te sientas y no te paras a pensar en el abuso al que estas sometiendo a tus rodillas porque tu banda sonora a esas edades es Forever Young de Alphaville.

El caso es que, aunque duela reconocerlo, los de Alphaville mentían, al menos con respecto al físico. El paso de los años no solo nos traen responsabilidades que nos quitan ese tiempo que dedicábamos antes al deporte, sino que traen los consecuentes achaques frutos de aquellos años de explosiva y salvaje juventud. Ahora mismo parece que el que aquí les escribe es todo un viejales, pero no, nada más lejos y aunque suene como tal, estoy convencido de que aquellos que practicaron deporte a nivel semi profesional y se quedaron por el camino suscribirán lo que les estoy contando. A mis treinta y pocos mis rodillas han comenzado a pedir tiempo muerto en forma de pequeñas y molestas lesiones que podrían haber sido paliadas antes si me hubiera molestado en realizar un mínimo de rehabilitación con un fisioterapeuta tras pasar por la consulta del traumatólogo igual hoy, si hoy mismo, no estaría en el dique seco desde hace casi dos meses. Es probable que el parte de accidente que narra mi maltrecha rodilla izquierda sea el cumulo de años y años de no hacer nada, de convivir con un dolor leve y sordo que tan solo materializaba en profundos aguijonazos cuando permanecía mucho tiempo sentado o cuando me veía forzado a subir o bajar más escalones de los que nadie está dispuesto a recorrer.

Ya saben esa vieja y estúpida actitud que nos dicta aquello de: “mientras no pases por consulta, todo está bien, puedes aguantar”. Evidentemente no trae nada bueno, ni nuevo a la mesa, salvo molestias que se pueden convertir en problemas con el paso del tiempo. Sencillamente, si son deportistas, si les gusta practicar deportes competitivos que exijan una buena preparación física, a poco que sientan un leve dolor consulten con un experto y pasen por las manos de un fisioterapeuta, unos tipos a los que no se les brinda todo el reconocimiento que merecen y que hacen maravillas con las manos y con todo tipo de aparatos como electrodos, bandas elásticas o la revolucionaria herramienta 3TOOl . Una buena recuperación resulta esencial, ya no solo para volver a practicar el deporte que les guste, sino para gozar de una buena calidad de vida y que cosas tan rutinarias como subir una escalera o dar un paseo se convierta en una pequeña pesadilla.

Ya sé que es difícil escarmentar en cabeza ajena, pero si me permiten el consejo, no lo dejen ni un dia, o lo que podria ser un pequeño pinchazo, puede convertirse en un siniestro total que deje su “coche” en el taller durante meses y lo que es peor, puede que nunca vuelva a funcionar igual.