Es decir, que al cine
Veamos un poco de ficha técnica, y un trailercito (que para variar no me gusta nada, pero en inglés es todavía más hilarante)
Con un aire entre telenovela y superproducción hollywoodiense (en mi opinión, más que buscado, y que lo convierte en una de las bazas definitivas de la película, porque el melodrama biográfico de Frida también osciló entre esos extremos), llegó incluso a los Oscars (y ganó 2, el de Mejor Banda Sonora creo que muy merecido). Creo que Frida es buena por las siguientes razones:
- Hace bella la fealdad, como se debe hacer en cine. Por muy fea que nos pongan a Salma Hayek, siempre será infinitamente más bella que Frida Kahlo (no es muy difícil); por random guy que pueda ser Alfred Molina, siempre será más bello que Diego Rivera (cosa que es también casi obligada): ¡si hasta Geoffrey Rush haciendo de Trostki está atractivo! Por no hablar de Ashley Judd o Mia Maestro, que son atractivas siempre, aunque no tengan gran parecido con quien representan.
- Se salta fechas y acontecimientos históricos a la torera, especialmente de la juventud de Frida, y sobre su accidente, verdaderos momentos clave. Pero proporciona unas escenas cinematográficas muy muy dignas.
- Tiene cameos inapropiados y absurdos, pero a su vez, tremendamente lógicos: reunir (bravo, Salma, que para eso produce) en un mismo film a la Hayek, Alfred Molina y Diego Luna es una especie de epítome del mexicanismo de bien, en el que solo falta Iñarritu y Gael García Bernal (recordemos que acompañan en la banda sonora y con breves cameos la viejísima Chavela Vargas, emotiva como ella sola “esa mujer no canta, llora” – me decía un amigo – y Lila Downs, que para mí es como una Frida cantando y de la que ya hablaremos en otra ocasión), de ese mexicanismo progre en el que Machete, Tarantino o Nadine Velázquez de Me llamo Earl no podrían incurrir jamás. Ese mexicanismo bonito, florido, mariposón (anda, recursos de la obra de Frida por todas partes) y contruido detalladamente, como la propia Frida (o más bien Rivera, y este es otro asunto) habría querido, con ricos vestidos de paletos para apoyar mejor a la patria. Además, sale Antonio Banderas, ya que no puede haber film latino sin él, en uno de sus cameos más desustanciados.
- Hay sexo. De adolescentes, de solteros, de casados, de infieles, de tullidos, en armarios, interracial, sexo erudito, sexo comunista, sexo por todas partes. Y la verdad, rebajan bastante el asunto (la alusión a Josephine Baker podría haber sido más explícita), porque debió haber mucho más. Pero así, se puede crear un melodrama de mujer maltratada que ¡solo quería ser libre! (y no digo que no lo fuera, lo creo firmemente, pero Rivera no era el único infiel).
- El continuo aire de superación, que hace que uno se sienta mejor consigo mismo durante toda la película (¡pero si una barra de metal le atravesó el cuerpo en dos, se pasó toda su vida con dolores, acabó perdiendo la pierna, su marido se la pegaba hasta con su hermana! Mi vida es genial), que paradójicamente acaba mal (aunque se omita milagrosamente, vemos desde la primera escena que a Frida no le queda mucho). ¿Y qué? Uno se siente bien: se sienten bien los enfermos, las mujeres maltratadas, las mujeres engañadas, la gente que tuvo un desengaño amoroso, una crisis económica…¡Y quién no la tuvo alguna vez!
- Y, lo que es más importante, y lo que más me gustó, es que tiene una plástica especialmente FIEL a la de la obra de Frida, y como muestra un botón, aunque hay muchos más (contiene un spoiler que no será tal si alguien sabe un poquito de historia).
La recomiendo muchísimo. Veanla, sinceramente. Yo lloré, bailé, y me sentí feliz y mejor persona. Y, eruditismos a parte, no es mal modo de iniciarse en la vida y la obra de la pintora.