En uno de sus forzosos descansos durante el prolongado proceso de filmación de Otelo (Othello, 1951), Orson Welles, que también hace de sí mismo, narra en este cortometraje de menos de media hora una historia de fantasmas que le contaron camino de Dublín, cuando auxilió a un automovilista que se había quedado tirado en la carretera.
Revista Cine
Sus últimos artículos
-
Palabra de Katharine Hepburn
-
Música para una banda sonora vital: ¡Lumière! La aventura continúa (Lumière! L’aventure continue, Thierry Frémaux, 2024)
-
Sergio Leone, por Wim Wenders
-
Soledad, corrupción y mundos que desaparecen: Saint Jack, el rey de Singapur (Saint Jack, Peter Bogdanovich, 1979)
