Ciudad Mezcal está fuera de las zonas habituales de restauración madrileña. El local no es bonito, es un viejo bar de barrio apenas tuneado y muy pequeño. Entonces ¿por qué se ha convertido en un mexicano tan famoso? por su autenticidad. Regentado por dos jóvenes mexicanos que querían traer el sabor de México a Madrid, lo lograron con dos cosas: un cocina genuina, sin concesiones a lo comercial, y el mezcal, la bebida de los dioses.
El restaurante está situado en el barrio de Arganzuela, cerca de Embajadores. Y pronto se convirtió en una referencia para los vecinos. La explicación, además del mezcal y la carta, está en la amabilidad de los dueños. En como explican cada plato y como les gusta hablar de su gastronomía. Aquí la probarás sin contemplaciones, sin edulcorantes ni sabores suavizados para contentar el paladar europeo; al contrario de lo que ocurre en las famosas franquicias.
La carta, sencilla, está compuesta por entrantes: guacamoles, frijoles o ensalada de nopal. Sopas. Tacos: pastor, pibil, mole, tinga de res, pollo, vegetariano y poblano. Quesadillas y Papas rellenas al horno, otra de sus especialidades y poco visto en otros mexs. También tienen Gringas, una especie de taco grande, a la plancha, con un poco de queso y que pueden ser de pastor o pibil. La carta tiene una sección entera de mezcales y tequilas, solos o en cócteles.
Nosotros probamos el GUACAMOLE. Con mayúsculas. Porque ha sido el mejor que hemos probado fuera de México.
Tacos, cada orden es de tres (6€). Probamos los de Mole con pollo, preparación especial del mole con 33 ingredientes, muy fuertes, con un sabor a especia que puede resultar cargante. También probamos los pibil, llenos a rebosar de carne de cerdo y por último los de tinga de res, también a rebosar de ternera con chile chipotle, y también muy intensos de sabor, a vaca vieja, con un toque de picor.
Gringa Pastor, tortilla de maíz con frijol y cerdo especiado. La orden sale por 7€ y vienen dos unidades.
Acompañamos la comanda con un par de cervezas, una Modelo y una Sol. No tomamos postre, ni tampoco café ya que solo lo hacen de puchero los fines de semana. Toda la cuenta salió por 32,5€ un precio muy económico en un restaurante que no te puede perder si amas la cocina de México.