Desde una habitación de hospital con un wifi más bien deficiente, en compañía de mi progenitor que aguanta valiente las estocadas de la vida, he creído que merecía que le dedicara el clásico de esta semana, aunque ya le he citado por su culpabilidad en muchos de los aquí aparecidos.
Serrat ha sido y es una de mis debilidades, y del que tengo su discografía completa (y original) siempre certero y emocionante, despliega aquí todo un alegato nostálgico y ecologista que deja con el culo a los poderosos que se creen que todo vale con tal de llenarse sus bolsillos, incluso destrozar la naturaleza sin miramiento alguno.
La canción es un diálogo unilateral destinado (no tan) metafóricamente a su padre, en la que muestra de forma directa y concisa lo que están haciendo los constructores, los gobernantes, y todos esos lobos hambrientos de billetes, por lo tanto y como es lógico no ha envejecido ni un ápice su argumento. Estaba incluida en ese clásico que es Per Al Meu Amic.
Pare tuvo una bonita revisión por parte de Sau, y aunque en la inolvidable voz de Carles Sabater sonaba brillante no superaba para nada a la original, pero al menos la dió a conocer a nuevas generaciones, que la hicieron suya hasta el día de hoy, como es mi caso por ejemplo.