Jim Morrison siempre ha sido uno de esos fetiches musicales que arrastraré el resto de mis días, y viene desde que ví la película sobre el grupo que realizó Oliver Stone con Val Kilmer protagonizándola.
Al cumplir mi mayoría de edad trataba de vestir como él, incluso recuerdo hacer lo del rey lagarto con los brazos en cruz por el murete del paseo marítimo de Vinaróz...eran buenos tiempos. Y aunque me gusten todas, e incluso con Five To One llegue al climax de la locura saltando sobre la cama, con People Are Strange siempre me he sentido identificado.
Ese aura de notarse solo frente al mundo y no entender nada (y a veces ni querer entenderlo) que también me atrapó la primera vez que ví (y todas las demás) Edward Scissorhands de Tim Burton.
La forma en que la expresa Morrison con su voz de chamán a modo de blues decadente y la instrumentación con aires cabarestescos hacen de esta canción una pieza única, y ante todo, una tabla de salvación para los que nos sentimos extraños, cuando nadie recuerda nuestros nombres...