El puchero del Hortelano, esos dueños absolutos de la fusión entre rock y flamenco, llegaron a su cénit musical con la edición de su último trabajo, “El tiempo de Manuel”.
Puede que sí, que si alguien realmente ama el rock suele tender a odiar cualquier relación que este tenga con otros estilos, las llamadas fusiones musicales que, por norma general, suelen salir mal. Sin embargo, a veces uno de esos rockeros de corazón se topa con la conjunción perfecta, con el feliz enlace que El puchero del Hortelano ha sabido hacer entre el flamenco y el rock.
Esta unión se hace eterna con la creación de un álbum como es “El tiempo de Manuel”, en el que este nos podemos encontrar absolutamente de todo. Bien sean canciones más flamencas, como puede ser “No me gusta” o canciones con el rock a flor de piel, o bien sean canciones que saben condensar ambos estilos creando el estilo hortelano característico, como es el caso de “Tiempo”.
Hay algo más que especial en El puchero del Hortelano, en la voz y en las letras de Antonio. Algo que hace que realmente te creas lo que te está contando. Quizás sea esa mezcla entre tragedia, ironía y pura comedia, su realista forma de contar las cosas que otros cuentan enrevesadamente o puede que sea su voz, esa voz sincera, que se transforma en confesión de amigo en cuanto comienzas a familiarizarte con sus canciones.
Si tuviera que elegir dos o tres temas como protagonistas de un álbum cargado de joyas de oro puro, serían, sin duda, “La guía”, tema con el que se abre el disco demostrando que vienen con las pilas cargadas, “Las pelusas”, que comienza con un simple punteo para avanzar a una parte más melódicamente hortelana, y “Manuel”, canción escrita a su hijo aún no nacido por aquel entonces.
Aunque no debemos pasar por alto “Ave fénix”, el corte más enérgico de los once que completan el disco, y que se ha convertido instintivamente en el probable himno de este Tiempo de Manuel.
Miriam
Soy una chica leonesa que ha tenido que irse a Valladolid para cumplir su sueño, hacer periodismo. A pesar se ser este mi primer año de carrera, tengo el orgullo de ser colaboradora de Ruta 42. Por lo demás no hay mucho que contar, toco la guitarra, me gusta el rock y devoro todo tipo de literatura, especialmente la poesía.
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