Claves de sol: Los excesos no siempre son malos

Exceso llegaba a nuestros oídos hace dos años, cuando aún temblaban a cada paso que avanzaban con sus afiladas guitarras y sus letras directas. Hoy el tiempo ha pasado, pero su música ha dado un nuevo giro, haciendo de “Canciones de segundo origen” un nuevo comienzo en este mundo en el que cada vez tienen un hueco más afianzado.

Un melódico punteo anuncia la llegada de “Segundo origen” para entonces dejar caer todo un chorro de guitarras, lo que hace distinguir a este segundo disco de su sucesor, que daba protagonismo a la batería, frente a la novedad de otorgárselo a las guitarras. A continuación, tras una extensa parte instrumental, una excepcionalmente afinada voz arremete contra la sociedad actual.

La sorpresa, sin ninguna duda, nos la encontramos en las siguientes dos canciones, “La mano de barro” y “Rojo arte” con las colaboraciones de dos de los integrantes de Marea, Kutxi Romeo y “El Piñas” para crear canciones realmente pegadizas que demuestran la calidad que Exceso posee en sus entrañas, pero que quizás se queda demasiado poco desgarra para la incursión de dos voces tan sumamente rota. Son canciones bonitas, sí, pero quizás les falta calidad para estar a la altura de la voz de ambos colaboradores.

Exceso (Imágenes promocionales)

Sin embargo, el desgarro se hace canción con “La voz dormida”, cuarto corte del disco, pero hablamos esta vez de un desgarro sentimental que nos muestra la versión más nostálgica del Ferrán conocido hasta el momento, que se debate en esta canción, entre el placer y el dolor. Sin embargo, tanto en este como en su corte sucesor, “Saldrá mejor”, no son capaces de hacer salir toda esa rabia que echamos en falta.

Otra sorpresa nos regala “Cazo”, donde nos encontramos con la voz de Dani, cantante de Despistaos, grupo con el que quizás más semejanzas tenga este disco que con el grupo de las anteriores colaboraciones.  Un tema un poco decepcionante si esperabas escuchar un disco rock, pero romántico como pocos, eso sí.

Por suerte, el rock que estábamos extrañando se deja entrever en la siguiente canción, “Delirios”, que será el encargado también de cerrar el disco, pero en una versión más acústica y con un sentido que te hace sentir frente a ellos en un directo y que cierra dignamente el disco. Pero antes de este final, dos canciones más: “El hambre y la raíz”, que vuelve a hacer sentarse al rock para ofrecer un pop-rock un poco tonto en cuanto a melodía, y su homónima “Exceso”, donde este amigo rockero vuelve a demostrarnos por qué nos gustaba Exceso, ofreciéndonos la que sin duda se trata de la mejor canción de todo el disco.

En definitiva, si buscas saltar, correr, soltar toda tu adrenalina o gritar, este no es tu grupo. Pero si sencillamente buscas pasar un buen rato, conocer a un grupo que saque tu tímido lado sentimental y relajarte, Exceso es lo que estás buscando.

Miriam

Leonesa exiliada en Valladolid. Estudiante de periodismo. Directora de Ruta 42

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