Tal vez os parecerá un poco provocativo poner un cocido a finales del mes de julio, pero no es esa nuestra intención porque se trata de un cocido que no lleva garbanzos, lo que significa que aún siendo contundente no resulta en absoluto pesado gracias a las legumbres tiernas como las judías verdes. Está perfecto pasar unos meses llenos de ensaladas, ensaladas, ensaladillas, gazpachos así o asá, cosas a la plancha, helados, sandias a tutiplén y todo los platos fríos imaginables. Pero hay algún momento del verano en que los estómagos reclaman un plato de los de cuchara cuchara.
Ingredientes (para 6 personas)
- 1, 200 gr. de judías verdes
- 4 patatas
- 1 hueso de espinazo de cerdo
- 8 trozos de chorizo (mejor si es picante)
- 1 trozo de jamón (200 gr.)
- 1 hueso de jamón
- 200 gr. de tocino fresco (veteado o de papada de cerdo)
- 1 paletilla de cordero en trozos grandes
- sal
En una olla grande ponéis el jamón, el hueso de jamón y el tocino, lo cubrís (sólo cubrir) con agua y lo lleváis a ebullición, dejáis que hierva a fuego muy lento durante 1 hora, vigilando que los ingredientes siempre estén cubiertos, para lo cual podéis añadir de vez en cuando un poquito de agua caliente.
Transcurrida la hora, incorporáis el chorizo y la paletilla de cordero. Lo dejáis 3/4 de hora más, hasta que la carne esté tierna.
Durante ese rato peláis las patatas y laváis las judías verdes. Reserváis.
Pasados los 3/4 de hora añadís las judias y dejáis que cuezan media hora.
Añadís las patatas, que se hagan durante 1/2 hora.
La verdura tiene que estar muy cocida, las carnes por supuesto también. No tiene que quedar con exceso de caldo pero tampoco seco.
Venga! que no es cosa de locos, es amorcito a los fogones.