En pleno centro de Madrid, al lado de la Plaza de Ópera y junto al Palacio Real se encuentra Casa Nicasio. Un local más de turistas que taberna típica madrileña, aunque han sabido ofertar una barra donde tapear pinchos clásicos como caracoles, callos o soldaditos con una carta de producto nacional, rabo de toro, carnes, el cocido (que en invierno se sirve a diario) y como mandan los cánones de un buen sitio "guiri", los arroces en paella.
Nosotros íbamos a los que íbamos, al cocido, servido en tres vuelco primero llegó la sopa que aunque poco consistente triunfó. Venía en sopera para repetir al gusto, servida sin piparras ni cebolla; estaba rica, aunque con poco sabor a cocido y con poco caldo. Al poco rato solo quedaban fideos.
Los siguientes pases fueron un poco caos, a una mesa (éramos 13) le llegó el segundo y tercer vuelco junto, en una ración que daba para 4 ó 5 personas, pero que un camarero decía que era para todos. Al rato vino el resto para el otro lado de la mesa, aquí si, separando los vuelcos dos y tres.
El segundo vuelco con verduras, repollo, patata, zanahoria y los garbanzos, de tipo normal, grande y algo secos. Con muy poca intensidad.
Las carnes eran como el conjunto, flojas. Se salvaba el tocino y el chorizo. Rozaban la mediocridad el morcillo y el jamón. Acompañaban el conjunto pollo y morcilla de arroz, que aunque la morcilla nunca está mala, no pintaba nada allí.
El servicio fue lo mejor de la comida, muy atento y acostumbrado a salas saturantes aunque llegó un momento en que desaparecieron la mayoría de camareros y se quedó la sala sin servicio.
El cocido, al menos, no tenía un precio exagerado: 22,5€ la ración. Con un vino de la casa con un buen precio inflaba un poco la cuenta el resto de bebidas, 3,85€ un agua pequeña o la cerveza y a 2,75€ los cafés. Llevando el precio a unos 35€/PAX.
En nuestro ranking de los mejores cocidos de Madrid quedaría situado en la franja media/baja y no lo recomendamos a menos que no tengas ninguna otra opción o te pille bien porque estás por allí.