"Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla
mientras el género humano no la escucha".
Victor Hugo
Colombia, Magia Salvaje se ha convertido no sólo en uno de los documentales más vistos de este año por los espectadores colombianos, sino en un trabajo que recoge la biodiversidad del país y un manifiesto sobre el cuidado de la naturaleza. Dirigida por el inglés Mike Slee, experto en este tipo de producciones con casi una treintena de documentales de diverso tipo, tanto para el cine como la televisión. Slee, que no conocía Colombia, pero que fue contratado por el Grupo Éxito (empresa) y fundaciones relacionadas al cuidado del ambiente, por su experiencia a nivel audiovisual, etnográfico y equipo de trabajo, que lograron sintetizar la "magia" natural de Colombia en este documental de 90 minutos. Este productor cinematográfico, fotógrafo, artista y diseñador de la Kingston University, ha colocado en sus documentales todos sus conocimientos y experiencias para lograr esas impactantes imágenes no ajenas de un discurso ambientalista, y un manifiesto sobre un planeta que debe ser protegido y cuidado. Cómo mostrar la belleza de un país, sintetizando los ecosistemas y especies en un sólo documento audiovisual, un recorrido que perfectamente podría marcar la distancia entre un país y otro, y un verdadero espectáculo de actores naturales y paisajes sacados de las postales más emotivas de un país ubicado entre dos mares y una privilegiada geografía; en cierto sentido esto fue lo que se intentó - y logró- con Colombia Magia Salvaje; horas y horas de grabación, complejidades técnicas y un guión que se fue formando a partir de las mismas experiencias y de la dramaturgia de la propia naturaleza.
Podemos decir que este documental, como está escrito en el pressbook del mismo, es una aventura por los paisajes inexplorados de Colombia, una búsqueda de esos diversos escenarios naturales que pasan por las profundidades del Océano Pacífico hasta la desconocida serranía de Chiribiquete, pasando por páramos, selva y demás lugares fotografiados con una precisión técnica, estética y científica. El trabajo no sólo se limita a mostrar con precisión esto detalles de la naturaleza sino que se crea un verdadero diálogo o argumento a partir de tales postales, una narrativa entorno a esa belleza del país, que debe ser cuidada, y que el hombre debe asimilar un compromiso de respeto con la misma.
Un tributo, homenaje, una honra al medio ambiente de este país, llenos de contrastes, de vida y muerte, que es finalmente el ciclo de la vida, y que la naturaleza se sabe tomar de la mejor manera, como vemos en la Gorgona, o en tantas otras situaciones vistas durante la proyección.La impresionante fotografía de Richard Kirby, junto al equipo técnico y tecnología de punta que se usó en este trabajo, no se limita en el manejo de un octocopter u ópticas de gran formato sino en el mismo uso de éstas sin afectar el entorno, que en cierta forma, fue la gran garantía o la capacidad de éstos para realizar este monumental trabajo, donde se puso en practica el manejo de timelapses, cámaras hipersensibles o de alta velocidad y demás técnicas que se unieron a la tradicional paciencia, rigurosidad y pasión que estos cineastas de naturaleza aún guardan en su ADN. Cabe destacar que este equipo técnico encabezado por Slee y Kirby, también tuvo una alta cuota colombiana (53 en total como anotan en el folleto de producción), pero obviamente avalado por los recursos de la productora del realizador inglés.
Aunque la música fue compuesta por el canadiense David Campbell, quienes le dieron cuerpo a estas interpretaciones fueron los músicos colombianos Juanes, Carlos Vives, Aterciopelados, entre otros, que si bien, tampoco es que marquen un gran hito dentro de lo musical, funciona como parte de la decoración narrativa; aún así creo que es uno de los puntos menos interesantes de esta obra, como igualmente se le puede calificar a la narración del locutor y periodista Julio Sánchez Cristo, que se limita a leer un texto, y se olvida del gran poderío que está detrás de estas imágenes, el trabajo de Cristo, sin restarle calidad a la obra, si le quita cierta emotividad o en el mejor de los casos, mística o alma, como se dice popularmente.
Es innegable, que este documental tuvo un gran trabajo de producción tanto extranjero como nacional, y que la unión de fundaciones, empresas y expertos en el tema, dieron como resultado esta elocuente obra, perfecta visualmente, un poco ajena en ciertas situaciones y "patriotera" en otras, pero con un sentido mensaje acerca del cuidado de la naturaleza, del agua, de las especies y de ese gran ecosistema que es nuestro país.
Aunque uno sale de la sala de cine con una autocomplaciente sensación de estar salvando al mundo, por el simple hecho de ver esta obra, igualmente queda en el aíre la sensación de haber visto una obra incompleta, o que no cierra perfectamente ese ciclo que se traza en un inicio, queda la sensación de un patriotismo exacerbado, de una culpabilidad ajena y de una artificiosa narrativa que nos hace sentir mejor como colombianos, que debemos propender por la mejora de la naturaleza, pero no nos dicen con qué herramientas, frente a cuáles enemigos o quienes son los involucrados - aunque suponemos que somos todos los colombianos-; y aunque tal sensación, no le va a restar al gran trabajo técnico de Slee, ni mucho menos al vuelo del cóndor de los Andes, o a la Isla de Malpelo, o las algas que le dan ese inigualable colorido a Caño Cristales, o al mono Capuchino y un largo etcétera, también es verdad que es un documental que toma los peores vicios de un cine de los hermanos Acevedo, que aseguraban que todo iba bien con el país a partir de las imágenes, o unas postales maravillosas como se quiso mostrar con los cortos del sobreprecio, un cine turístico, que en definitiva, vende muy bien al país, pero no da verdaderos resultados a esa misma flora y fauna en peligro.
Aún así, una de esas obras imprescindibles, -que deben ser presentadas en los colegios, como lo han hecho- valiosas tanto estética como pedagógicamente, que a partir de su narrativa Natgeo o Discovery, ha atraído a un gran público, trascendiendo dentro de lo cinematográfico / exhibición como en su misma propuesta de "salir a cuidar" el ambiente, darle prioridad a esos protagonistas (en pantalla) de la obra, muchos en peligros de extinción, otros recién conocidos, pero todo fundamentales en ese equilibrio ecológico, que debe ser la premisa, que debemos escuchar desde niños, para asimilarla tanto al día de hoy como del mañana. Una bella película, que peca en su mismo manejo del mensaje, pero aún así, funciona dentro de sus errores o su idea "enamorar" al público del país, y probablemente del exterior.
Zoom in: Son varias las anécdotas frente a la paciencia del equipo de producción, que se pueden leer en: http://www.magiasalvaje.org/produccion
La película ha alcanzado cifras récord tanto en taquilla como en público, principalmente en un tipo de cine como el documental.Montaje Paralelo: Documental Naturaleza
Web: http://www.magiasalvaje.org/