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(*) La nota es un promedio de todas las variables excepto la Experiencia.
Es bien sabida la pasión que Abraham García siente hacía los productos y la cocina del otro lado del Atlántico, algo que puedes apreciar en la que lleva siendo su casa toda una vida culinaria: Viridiana, pero ahora, en Comala, esto se aprecia desde el diseño mismo del local.
Abraham se suma a la larga lista de chefs prestigiosos que amplían horizontes con negocios, de algún modo, low cost, o mejor dicho, más populares.
Pero Comalano es sólo eso, no es la cocina de Viridiana popularizada, no, es mucho más, es un concepto que se mueve entre el After Work (un after muy exclusivo, a unos pocos metros de la Bolsa de Madrid o de la Real Academia de la Lengua), la comida callejera (en este caso mexicana) y algunas de las obsesiones de siempre en la cocina de Abraham, como son esos huevos en sartén.
El local:
La ubicación es perfecta, en La Plaza de Lealtad, entre el exclusivo Hotel Ritz y la Bolsa de Madrid, a pocos metros del Museo del Prado, del Parque del Retiro o de la iglesia de Los Jerónimos; se perfila así como una opción para clientes del hotel que buscan un local algo más desenfadado y asequible o para cualquier madrileño que quiera un poco de aventura gustativa.
Es pequeño, alargado, el espacio lo preside una barra muy bien dispuesta y al fondo se puede ver el trabajo en cocina a través de una cristalera.
Destaca la terraza, en una zona espectacular de Madrid, es la joya de la corona de Comala.
La carta:
En primer lugar hay que decir que la carta está ahora mismo en un proceso evolutivo que la hará más pequeña, durante las primeras semanas van a ir estudiando qué platos son los favoritos de los clientes, qué es lo que funciona mejor y peor e irán limando conceptos. En cualquier caso, la idea es reducir el numero de ofertas, hacer una carta más pequeña y manejable.
A nosotros nos pareció maravillosa, nos apetecía probarlo todo, pero sólo éramos dos, así que fuimos probando de aquí y de allá.
En cuanto a los vinos... aquí tengo que darles un palo. No es de recibo que en este tipo de locales y con los clientes que se supone quieres captar, cuando preguntes qué vino hay por copas te respondan: ¿Rioja o Ribera?, ¡es como una pesadilla!, pero no me lo esperaba en este local; Abraham, ¡no, tu no!. Al menos conseguí beber un buen rosado y disponen también de una aceptable oferta de cavas por copas.
Me parece interesante que el grifo de la cerveza sirva Pilsner Urquell una cerveza checa maravillosa, pero no sé porqué, me esperaba Coronita, Tripe XXX o alguna otra mexicana. Creo que aquí ha primado calidad a concepto geográfico y yo se lo agradezco.
La cocina:
No se puede hablar mucho más de la cocina de Abraham García, salvo aclarar que en Comalavas a encontrar su versión más "azteca", algo que se aprecia desde los aperitivos, los tacos, las ensaladas... ¡o las albóndigas!
Probamos estos maravillosos tacos de arenques.
Las albóndigas de rabo de toro al mole poblano (ligeramente picante) fueron sublimes, Pura potencia, intensidad, persistencia...
Y claro, no podíamos dejar de comernos unos huevos en sartén con charales, que son una especie de chanquetes de agua dulce.
Rematamos la fiesta con una panna cotta de chocolate y coco algo insípida, aunque muy agradable y claro está, brindando con Margarita.
Desde luego, aunque no es Viridiana, es una forma estupenda de acercarse a la cocina de Abraham García sin sufrir un asalto a la cartera. Es un local muy joven, pero ya se ha hecho un sitio importante.Comida con conceptos mexicanos, españoles y más o menos de dónde le da la gana al Chef, ósea, como siempre.
El servicio es fantástico, el personal: joven y muy motivado es un valor importante en Comala.