Combatir la pobreza energética no es RSC

Nos parece cuando menos curioso por no decir escandaloso, pero sí, lo que señalamos en el título es una conclusión a la que hemos llegado a partir tanto de gestos como de declaraciones que vemos cada vez con mayor frecuencia y falta alguna de disimulo por parte de las principales compañías de suministro eléctrico en España.

La gravedad del problema de la Pobreza Energética, de acuerdo a la definición mas extendida:  la incapacidad de una unidad familar para pagar una cantidad de servicios de la energía suficiente para satisfacer las necesidades básicas domésticas y/o cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda, en nuestro país sigue creciendo mientras que las tímidas medidas propuestas desde los gobiernos o bien son frenadas en la permanente pelea entre administraciones públicas, como es el caso de algunas iniciativas desde ayuntamientos o comunidades autónomas, o bien el boicot les llega desde las empresas de suministro de energía, como es el caso del Bono Social. Y es en este segundo caso en el que queremos profundizar porque no acabamos de encontrar la coherencia entre no actuar frente (por no decir, contribuir a agravar) la pobreza energética y sin embargo desarrollar numerosas iniciativas, con importantes y costosas acciones de publicidad, en materia de Responsabilidad Social Corporativa.

¿No acaban de ver la relación entre su forma de actuar y el fenómeno de la pobreza energética? De eso creíamos que iba la RSC, de tratar de mitigar los impactos sociales derivados de la actividad empresarial, pero no parece que estas empresas lo entiendan así. A nosotros nos parece postureo o #SocialWashing.

Bono Social de Energía: en extinción

La principal medida a la que se acoge una,  cada vez menor, parte de los potenciales afectados por la Pobreza Energética: cuatro millones de personas entre los que  niños y niñas son los más afectados, ya que en el 88% de los hogares donde hay pobreza energética residen menores de 16 años, según datos recogidos en esta noticia que pretende desterrar el mito de que no existe.

Se trata de un mecanismo acordado entre el Gobierno y las principales eléctricas españolas, agrupadas en UNESA, ente del que hablaremos mas adelante, donde se establecen una serie de requisitos que determinan quienes pueden ser beneficiarios de una tarifa reducida en el coste del suministro energético. No es sólo cuestión de ingresos o situación laboral, pueden haber beneficiarios por motivo de formar parte de determinadas franjas de edad,  el tamaño de la unidad familiar o, lo mas polémico, tener contratada una potencia mínima.

Como dato curioso, desde 2010 y pese a la situación económica que ha vivido España, hay un 20% menos de beneficiarios del Bono Social, y no porque hayan cambiado los requisitos para acceder o sean mas restrictivos, sino por la agresiva campaña comercial de las principales eléctricas, donde a cambio de esa rebaja que prometían en el coste de la energía, obligaban a cambiar las condiciones del contrato para dejar de ser potencialmente beneficiario del bono social. Aún así, siguen creyendo que en España hay demasiados beneficiarios del Bono Social (si así fuera no podríamos hablar de Pobreza Energética) y ahora piden su “rediseño”.

Lo que entiende UNESA por RSC

En el marco de unas jornadas sobre RSC hubo la oportunidad de preguntar directamente a un representante de Endesa si entendía coherente hablar de planes y acciones de Responsabilidad Social Corporativa si uno de los problemas mas destacados de sus grupos de interés, en este caso de una parte importante de sus usuarios, era la pobreza energética y sin embargo no sólo no contaban con ninguna medida en torno a esta cuestión, es que ni estaba citada. Podéis imaginaros la respuesta si decimos que se usó la palabra Demagogia.

Lo cierto es que no es la primera vez, ya en su momento un representante de UNESA, que es la patronal de las cinco principales eléctricas de España y que actúa como un autentico lobby en defensa de sus intereses, dijo en un programa de televisión eso de “la RSC no tiene nada que ver con nosotros“, fue en uno de los primeros Salvados que abordó la cuestión de la pobreza energética. Así que ya lo sabéis, hablar de moratoria invernal no se contempla como una potencial medida de responsabilidad social, al menos desde UNESA y las empresas que la conforman, eso si, paradojas de la vida, aquellos que decían que la responsabilidad social no tenía nada que ver con ellos, que se dedicaban a producir y vender electricidad y ya, ahora tienen perfil en redes sociales sólo para posturear de sus compromisos sociales, hasta afirmar que “La Responsabilidad Social es clave en la actividad y la razón de ser de la Asociación Española de la Industria Eléctrica” ¿Es o no es #SocialWashing?

Desmontando el tinglado eléctrico

Por suerte hay alternativas, colectivos que se empeñan en llevar la transparencia al funcionamiento del sector eléctrico y denuncian los abusos de las grandes empresas, que son las de UNESA. Colectivos empeñados en visibilizar la pobreza energética, mantener el debate en torno a la misma, generar propuestas y hacer que se lleven a cabo. Ciudadanos que explican a sus vecinos cómo optimizar el consumo de electricidad en su hogar, a entender el recibo de luz e incluso a superar los miedos a cambiar de compañía eléctrica en favor de otra que no sólo sea mas transparente en sus tarifas, sino que ademas fomente el abastecimiento a partir de fuentes de energía renovable. Muchas de estas iniciativas las podéis conocer en el último número de la revista Ballena Blanca, pero también a través de numerosos colectivos, como ACA Asociación de Ciencias Ambientales de Madrid, Ecooo y muchas más.

Pero sobre todo, necesitamos ser ciudadanos comprometidos con nuestro modelo energético y actuar como consumidores críticos y exigentes con las empresas que suministran electricidad. ¿Eres uno de ellos?

@tehagoeco

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