Revista Cocina

Comer y no comer: la distancia entre la nutrición y la gastronomía – II

Por Pedsocial @Pedsocial

ImageComenta en Twitter la mama pediatra bajo el hashtag #frustracionesmaternas cómo puedes “Hacer un pan de leche casero de primera y que mis hijas prefieran el del Mercadona“. Lo mismo te podría pasar con las patatas fritas de McDonald’s comparadas con las que acabas de freir con esmero en aceite de oliva virgen extra (AOVE).

Los ecoalimentarios podrían atribuirlo a ingredientes añadidos con poderes adictivos. Algo habrá de eso cuando las patatas de McDonald’s permanecen incorruptas al cabo de cuatro años como nos explica éste enlace http://blogs.lainformacion.com/strambotic/2012/01/09/patatas-mcdonalds/ . Pero bien pueden ser preferencias inexplicables.

Es conocido que los niños tienen paraosmias y paragustos peculiares que les llevan a consumir golosinas empalagosas con fruición mientras que huyen como de la peste ante un plato de coles de Bruselas. Aunque no es menos cierto que los gustos se educan y que esa educación tiene una base cultural como ya nos explicó Marvin Harris en su clásico “Bueno para comer“.

Muy probablemente antes de los 5 años deedad los niños podrían alimentarse sin grandes dificultades con algún tipo de pienso adecuadamente preparado. En los sitios donde la comida escasea cualquier pucha es apreciada. Pero en esta parte del mundo, de abundancias y variedades, conviene extraer de los alimentos no sólo sus calidades nutricionales sino también las educativas.

A poco que nos lo propongamos, con un esfuerzo elemental es posible confeccionar comidas que sean, además de nutritivas, atractivas en su presentación, composición, color, consistencia, textura y, sobre todo, que esten ricas; que tengan buen sabor.

Los recetarios son inacabables y por ello os remitmos a la Internet. Recordad, sin embargo, la importancia de que los alimentos estimulen los cuatro gustos: dulce, salado, amargo y ácido de forma proporcionada. Es decir, algo dulce, algo salado, una pizca amargo y un pelín ácido. Y aprovechar los colores llamativos.

Y no me voy a privar de dar un ejemplo de receta. Por ejemplo la salsa de tomate clásica:

-Media docena de tomates maduros

-Una cebolla mediana

-60 militros de aceite de olive virgen extra

-Dos cucharadas de azucar

-Sal al gusto (6-8 gramos)

-Un diente de ajo

Freir el diente de ajo en el aceite. retirarlo y añadir la cebolla picada. Sofreirla hasta que transparente. Añadir los tomates picados y salar. Sofreir a fuego muy lento… hasta el aburrimiento. Añadir las dos cucharadas de azucar y remover cinco minutos más.

Sirve para todo. Por ejemplo un arroz a la cubana con un huevo frito y medio platano también frito.

O de base para la bolognesa de unos spaghetti…

La Pediatria social, los cuidados sociales de los niños incluye saber darles de comer.

X. Allué (Editor)


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