Comic Review…por César del Campo de Acuña
Popeye: Tiras diarias de Bobby London
En www.cincodays.com he reseñado y/o recomendado cómic de superhéroes, cómic independiente, cómic franco-belga, cómic español, manga e incluso historieta pero nunca había hablado de tiras cómicas. Lo cierto es que tampoco me he interesado demasiado por ellas (hasta hace poco, en mis estantes solo tenía dos libros de Dilbert de Scott Adams como único ejemplo de este género en mi colección) y no porque no me gustaran, ya que siempre que caía en mis manos uno de esos facsímiles de Garfield o Mafalda lo disfrutaba cosa mala. El caso, es que un día mi podcast preferido (Campamento Krypton para más señas) le dedico un programa entero a Popeye (personaje que siempre me ha gustado como demuestran el par de artículos que le he dedicado a lo largo de estos años) y en esa amena charla con Andrés Pérez Fernández (traductor de los cómics y experto en el personaje creado por E.C. Segar) me descubrieron las tiras de Bobby London.
Intrigado a la par que entusiasmado por lo oído sobre estas tiras, cada vez que me pasaba por la tienda de comics en las que suelo adquirir mi ración de viñetas mensual, le echaba un ojo al primer volumen dedicado al trabajo de Bobby London. Era una maravilla; London, no solo saco a Popeye de aquel bucle temporal que parecía aprisionarle en los 60, sino que además lo acerco a la cultura pop (cómprense los tebeos y verán la infinidad cantidad de referencias a la misma que encuentran), volvió a traernos las aventuras largas dejando a un lado los chistes diarios y volvió a Popeye un personaje insolente para con sus superiores y en un reflejo de la época (finales de los 80 a principios de los 90) pero sin pervertir los mecanismos de la obra de su idolatrado E.C. Segar.
El caso es que no me hice con él. No me lo compre a pesar de lo mucho que me gustaba, por esperar a que saliera el segundo volumen. La espera mereció mucho la pena. Para empezar porque el segundo tomo (el que comprende las tiras de 1989 a 1992) incluye historias memorables como El retorno de Bluto o Heavy Metal Bruton (que es divertidísima) y para acabar porque en este tomo podemos leer las tiras que King Features Syndicate censuró y que llevaban años muertas de asco en un cajón.
Verán hacia mucho, mucho tiempo que no me divertía tanto con un cómic y aunque estas tiras cómicas no son de carcajada, son extraordinariamente divertidas y agudas. Aquí descubrirán a un Popeye que hace mucho más que comer espinacas y partirse la cara con Brutus (que no Bluto) aunque también habrá peleas y muchas espinacas (Sopla y resopla). Conocerán mejor a la exótica familia de Popeye (Papi Puetepopa, Brutón, Pilón, El Jeep, la familia Olivo, El cocinero Perendengue, Barbaespina, Cocoliso…) y como los líos en los que se meten (salvando las distancias) son bien parecidos a los problemas que tenemos hoy en día en el mundo (ya verán cuando lean las aventuras del Popeye de London en Bananastán).
En fin, una auténtica maravilla que es imprescindible, no solo por su valor histórico, en la biblioteca de cualquier buen aficionado al comic (eso que entienden que los tebeos no tienen por qué tener justificación cinematográfica o ser de superhéroes o de chavales muy estilizados con los ojos enormes). Nada, nada, háganse el favor de hacerse con estos dos volúmenes editados por Ediciones Kraken antes de que vuelen de los estantes de las librerías especializadas.
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