Michael Jastremski
Últimamente estoy agitada, excitada, con emociones a flor de piel y una dosis de energía muy elevada. Y es que estoy viviendo un cambio: uno de los cambios más importantes de mi vida. Y eso se nota en todo: en mi actitud ante cosas que antes me sacaban de quicio, en mis ideas que a veces sorprenden a otros pero sobre todo que me sorprenden a mí misma. ¿Esta soy yo? ¿La chica tímida que siempre vivía ayudando a otros y poniéndose siempre en último lugar?
¿Y cómo estoy cambiando? Gracias al Coaching. Sí, lo intuía, sabía que el curso en el que estoy ahora cambiaría algo en mi vida, pero he empezado a notar los cambios desde el principio y casi parece magia. Porque nos enseñan que cambiar no es fácil y las veces que intentamos cambiar, alguien o, peor aún, nuestra propia mente nos pone límites: no puedes, no debes, ¿y si…?, ¿estás segura?, dudo que lo logres, es difícil, tú no eres de esas personas que triunfan, el dinero o éxito no es importante, siempre te has conformado con poco, aceptar es más fácil que cambiar.
He vivido con tantos miedos, inseguridades, angustias… que incluso mi lado más creativo lo tenía bloqueado, por el miedo al qué dirán, por el miedo a no conseguirlo, a no sentirme lo suficientemente fuerte, capacitada, etc. Y mentiría si dijera que le he dicho adiós a todos mis miedos, aun quedan muchos en mi cabeza, pero ahora ya sé que es el único lugar donde están: en mi propia mente. Y que si hay alguien que es dueño de esa mente mía, ésta soy yo.
“Solo soy capaz de controlar aquello de lo que soy consciente. De lo que no soy consciente me controla a mi” J. Whitmore
Ésta es la magia del Coaching. El coach es un guía, es alguien que sólo te hace tomar conciencia y detenerte e indagar en aquello que siempre ha estado ahí, dentro de ti, pero por unas cosas u otras, no has sido capaz de ver o simplemente no sabías cómo podías verlo.
Nuestra mente es como un desván, llena de todo tipo de trastos: antiguos y nuevos, necesarios y no tanto, pero sobre todo llena de rincones oscuros, de miedos, y esos lugares que nunca nos hemos atrevido a iluminar. Un coach es como esa linterna que de pronto te ilumina esos espacios que creías no conocer, pero que estaban ahí, aguardando a que los descubrieras. Y entonces llega ese momento “Insight”, iluminación o el momento “ahá!”, cuando de pronto te das cuenta, algo en ti hace click y de un instante para otro tu visión de la vida cambia.
Y ahí es donde se produce el verdadero cambio. No porque alguien te lo haya dicho, te haya insistido, haya mostrado su buen ejemplo o simplemente ha comentado que funciona… sino que eres tú quien ha entendido eso que tal vez muchos te han tratado de decir sin que les hicieses caso. Porque la única forma de cambiar es desde dentro, desde tu voluntad, tu responsabilidad, tu propia conciencia y no la de otros.
Un coach nunca te dirá qué debes hacer o qué te vendría bien. Te escuchará con la mayor atención posible y te hará multitud de preguntas, algunas desafiantes o inesperadas, preguntas que te harán sonreír, detenerte, pensar, reflexionar, buscar dentro de tu propio mundo. Porque un coach sabe que todas las respuestas las llevas ya dentro, que llevas dentro todo tu potencial.
Mi vida ya está cambiando. Y me encantaría que la tuya empezara a cambiar también. Por eso te invito a participar en un sorteo en Facebook que realizamos estos días con Eva Sanvivas, asesora de imagen personal. Pincha en este link y puedes llevarte gratis una sesión de coaching conmigo y otra sesión de asesoría de imagen con Eva Sanvivas, una excelente Personal Shopper. Y si deseas conocer más sobre las sesiones de coaching que realizo, no dudes en ponerte en contacto conmigo a través de mi blog.