Hasta ahora hemos dicho que el amor tiene vida a través de nosotros; es decir, nosotros en PAReja, somos quienes lo construimos. Pero… ¿cómo construyo un amor con mi pareja? He querido evitar utilizar el calificativo “bueno”, para no decir “un buen amor”. La razón es simple. Estamos acostumbrados a calificar las cosas por buenas o malas, y dependiendo de ello, tomamos decisiones que creemos pertinentes.
La realidad es que no me gusta utilizar este tipo de calificativos porque solemos darle una categoría o calificación a un “estereotipo” de amor, y nos olvidamos de lo que es importante e imprescindible para cada uno de nosotros. Si partimos del principio que el ser humano es único e irrepetible, ¿por qué seguir una serie de pasos o consejos que nos lleven a un “buen” amor? ¿Somos iguales y todos merecemos y queremos el mismo tipo de amor? ¿O cada uno de nosotros es capaz de elegir por sí mismo?
No descarto, y de hecho me parecen muy útiles los consejos que a veces se comparten y hasta enlistan para tener una relación sana. Entre algunos de ellos se encuentran la confianza, el respeto, compartir mismos valores, visualizar un futuro junto a tu pareja, la reciprocidad, amistad; etc. La cuestión está en que se nos dan como en una serie de pasos a seguir, como una receta…. Y, lamentablemente no hay recetas para el amor.
¿Cómo saber qué amor puedo construir? Primero hay que respondernos una serie de preguntas a nosotros mismos. ¿Qué quiero de una pareja? ¿Qué espero de el/ella? ¿Qué necesito? Es vital diferenciar el qué quiero del qué necesito, porque a veces nuestras demandas parecen ir enfocadas a un capricho más que a algo que me es imprescindible. Por ejemplo, yo quiero que mi pareja sea un caballero, que me abra la puerta del coche todo el tiempo; pero, ¿necesito esto? La respuesta está en cada uno de nosotros. Para algunos esto puede parecer una idea superficial y materialista, pero para otras personas puede implicar una demostración materializada del amor.
¿Qué espero que haga mi pareja? ¿En qué acciones espero ver concretizado el amor? Son preguntas que pocas veces nos hacemos de manera tan directa, pero es necesario hacerlas. Si mi pareja demuestra su amor enviando un mensaje cada mañana y para mí no significa mucho, estaremos en un problema. Él sentirá que lucha por demostrarme que me ama, y yo diré que no está haciendo nada por nuestra relación.
Parecen ejemplos muy extremistas, pero son reales. Cada uno de nosotros debe a ponerse a pensar qué está haciendo por demostrarle el amor su pareja, porque pudiera ser que intentemos con todas nuestras fuerzas demostrarle lo mucho que lo/la amamos, y él/ella no lo estén percibiendo. Y no es que no lo perciban porque no quieren hacerlo o porque no nos aman, sino porque no saben que ésa es nuestra forma de expresar amor.
Afortunadamente este tipo de problemáticas pueden solucionarse de manera rápida y eficaz. Rápida en el sentido de saber o conocer lo que mi pareja quiere, pero lentas si llegase a implicar un cambio. Para iniciar, aconsejo hacer un listado de lo que “amar” significa para mí, de lo que quiero y espero de mi pareja, así como aquello que también necesito. De igual forma, pídele a tu pareja que haga lo mismo (no vean ni compartan sus hojas, todavía). Una vez que ambos han completado este listado, marquen aquellas cosas que les parecen más imprescindibles para su relación; es decir, aquello que en mayor o menor medida crean que puede condicionar el bienestar en su relación.
Para el siguiente paso es necesario un ambiente de calma, que ambos se encuentren en la mejor disposición y apertura (no recomiendo precisamente que se haga después de una pelea, aunque puede funcionar para generar soluciones). Una vez realizado esto, pueden compartir con su pareja su listado. Lean, revisen, pregunten, indaguen… salgan de dudas. El siguiente paso es negociar… analizar qué cosas de lo que mi pareja me pide puedo hacer, y cuáles no. Qué podría aprender y qué me disgusta de su listado. HABLAR, conversar, discutir y generar soluciones.
Estamos acostumbrados a realizar cambios cuando algo salió mal, cuando podríamos mejorar aún más lo bueno que tenemos. Este ejercicio es simple en el sentido que lo pueden realizar las parejas por sí mismas, pero es sumamente enriquecedor en el contenido. A veces descubrimos cosas; otras sólo reforzamos lo que ya sabíamos. De cualquier forma, podrías intentarlo con tu pareja actual y ver qué descubren o refuerzan en su relación.