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Cómo darte el mejor baño de sales de magnesio

Por Evamuerdelamanzana

Cómo darte un buen baño de sales de EpsomEn mi anterior artículo hemos podido aprender que muchas personas tenemos una deficiencia de magnesio. También hemos visto que a menudo su absorción por vía oral es complicada, sobretodo en aquellos que tienen problemas digestivos, y que es difícil elevar los niveles de este mineral únicamente a través de la dieta.
En este caso, los baños de sales de magnesio y la aplicación tópica de aceite de magnesio son una gran ayuda. La piel es nuestro órgano más grande, y como tal, su habilidad para absorber nutrientes y filtrar toxinas es asombrosa. También es un buen reflejo de la salud del cuerpo en general. Cuando la piel presenta sarpullidos, acné, eczema, psoriasis, sequedad u otras alteraciones, con frecuencia es una señal de problemas más graves en nuestro sistema.
En este artículo me quiero centrar en los baños de sales de magnesio, o de Epsom (sulfato de magnesio heptahidratado). Lo ideal es poder darte un baño de cuerpo entero en la bañera, pero si esto no te fuera posible, puedes conseguir gran parte de sus efectos positivos al darte un baño de pies.

Requisitos para darte el mejor baño de sales de Epsom

Sales de magnesio para el baño
Quiero dividir esta sección en dos partes, lo básico o imprescindible para darte un baño de sales de magnesio, y a continuación, unos extras para potenciar sus beneficios y disfrutar del mejor baño de sales de Epsom.

Lo básico

Existen varios factores que son importantes a la hora de darte un buen baño:

  • Temperatura – Ésta afectará el efecto terapéutico del baño. Para que el baño surta mayor efecto, el agua debería de estar tan caliente como seas capaz de aguantarla con comodidad.
  • Concentración de minerales – Nos referimos a la cantidad de sulfato de magnesio que utilizaremos para el baño. En general entre 1 y 2 tazas.
  • Materia prima – Necesitarás sulfato de magnesio (sales de Epsom) o bien escamas de cloruro de magnesio. Algunas empresas te venden las sales mezcladas con hierbas y aceites esenciales, pero no merece la pena. El precio suele ser mucho más elevado y si no te gusta la mezcla, no hay mucho que puedas hacer para cambiarla. Es mejor ahorrar ese dinero y hacer tus propias mezclas.
  • Ambiente – Un aspecto importante de darte un baño de sales de Epsom, es el de reducir las hormonas del estrés. Asegúrate de que has desconectado teléfonos, y que los demás habitantes de la casa te van a conceder este rato para estar tranquilo. Podrías hasta ponerte música y velas para tener una experiencia todavía más relajante.
  • Tiempo – ¿Cuánto tiempo vas a estar en remojo? Entre 10 y 40 minutos está bien. Para mí el punto óptimo es alrededor de los 20 minutos; 15 no me parecen suficientes y más de media hora no necesito, aunque si estoy muy relajada y cómoda lo haré. Depende.

Ahora que tenemos controlado lo básico, vamos a ver cómo podemos subir este baño de nivel para disfrutar de una experiencia sublime. Está claro que podrías llenar la bañera, echar las sales y meterte sin más. Pero ya que nos lo vamos a dar, mejor hacerlo con todas sus consecuencias, ¿o no?

Los extras

¿Entonces cuál sería la receta para elevar el estatus de este sencillo baño de sales? Veamos algunos de los ingredientes:

Potenciadores del agua – El ácido ascórbico (vitamina C en polvo) y el bicarbonato de soda ayudan a reducir la irritación de la piel y la suavizan.
Aceites esenciales

  • Aceite de lavanda – ayuda a dormir bien, rebaja niveles de estrés y parece ser bueno para el cerebro.
  • Aceite de rosa – también tiene efectos relajantes. Aquí hay un estudio interesante que muestra una reducción del cortisol en saliva en humanos con el uso del aceite de rosa.
  • Aceite de ciprés – va bien para activar células NK, una parte importante del sistema inmunitario. Al parecer también reduce el nivel de hormonas del estrés, como el cortisol.
  • Aceite de eucalipto – este estudio enlaza a diversos estudios más que muestran posibles beneficios antiinflamatorios e inmunológicos.

Digamos que si lo que quieres es tomarte un baño muy relajante, podrías usar lavanda y rosa. O puede que quieras estimular tu sistema inmunológico, entonces podrías hacer una mezcla de aceite de ciprés y eucalipto. Empieza con un total de unas 10 – 12 gotas y prueba con distintas combinaciones. Otros aceites que podrías utilizar son bergamota y vetiver para reducir el estrés, y romero, albahaca y limón para mejorar el sistema inmune. A mi me encanta usar aceite de lavanda y un par de gotitas de ylang-ylang.

Date un buen baño de sales de Epsom
Sonido – Si tienes música que te haga sentir feliz y/o relajado, puedes ponerla lo suficientemente alta como para no escuchar al resto del mundo. Otras veces necesitamos todo lo contrario, aislarnos del sonido totalmente, en ese caso te pueden ir bien unos tapones para los oídos. Póntelos y disfruta del silencio.
Luz – Si tienes tiempo y espacio, ¿por qué no pruebas a darte el baño a la luz de las velas? Yo no suelo hacerlo, pero las veces en que sí lo he hecho, ha resultado ser una experiencia muy relajante.

La receta en la práctica

Ahora que hemos visto todos los elementos que pueden componer el baño de sales perfecto, vamos a pasar a los detalles prácticos.

Paso 1 – Empieza a llenar la bañera con agua lo más caliente que puedas soportar. Si resulta demasiado caliente, añade agua fría, la experiencia tiene que ser agradable.
Paso 2 – Mientras se está llenando la bañera, empieza a añadir tus ingredientes, y asegúrate de que se disuelvan bien en el agua.

  • Añade entre 1 y 2 tazas de sulfato de magnesio (para los niños habría que reducir la cantidad a aproximadamente 1/2 taza).
  • Añade entre 1/4 y 1/2 taza de bicarbonato de soda. Si lo deseas, puedes añadir también unos 1000mg de ácido ascórbico (vitamina C en polvo).
  • Añade 10 – 12 gotas de aceites esenciales y mezcla bien el agua para que se dispersen en el agua.
  • Prepara el entorno: música relajante, velas, etc.

Paso 3 – El remojo. No hay mucho más que pueda añadir aquí. O puede que sí. Este es un momento perfecto para practicar algún tipo de meditación o mindfulness. Cuando hablo de la importancia que tiene en nuestras vidas la meditación, la respuesta suele ser que no hay tiempo para ello. El baño sería el momento perfecto.  Prueba a hacer respiraciones abdominales profundas y controladas. Céntrate en las sensaciones que experimenta tu cuerpo, el calor del agua en tu piel, la presión de la bañera en tu espalda, e intenta dejar pasar los demás pensamientos. Procura mantener la mente tranquila y tu atención centrada en las sensaciones de este momento. Si tienes pensamientos del pasado, el futuro o cualquier diálogo interno, intenta dirigir tu atención al presente. No es necesario que hagas esto para que tu experiencia en el baño sea relajante y beneficiosa, pero sería ideal añadir esta sencilla práctica para empezar a manejar mejor el estrés diario.

Los baños de sales no tienen por qué ser complejos, si realizas los pasos básicos detallados más arriba, obtendrás grandes beneficios. Pero si te animas a añadir algún extra a la receta, te animo a hacerlo, seguro que no te arrepentirás.


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