Las flatulencias, la aerofagia o el meteorismo se caracterizan por un exceso de gases en la parte abdominal, que se manifiestan en forma de eructos, ruidos intestinales, hinchazón (en ocasiones acompañado de dolor), y ventosidades excesivas. A pesar de que no comporta un problema para la salud, sí que es molesto para quien lo sufre, y a veces para las personas de alrededor. En algunos casos hay una cantidad normal de gases en el intestino pero se sufren molestias, debidas a un incremento de la sensibilidad, y de la dificultad para expulsarlos.
Vamos a ver por qué motivos podrían ser causados estos gases:
- Alimentos flatulentos o que pueden provocar ventosidades (legumbres, verduras de la familia de las coles, espárragos, alcachofa, calçots, lechuga, cereales integrales y sus derivados, las frutas con piel…).
- Edulcorantes (xilitol, manitol, sorbitol, sacarina…).
- Alimentos grasos.
- Exceso de fibra en la dieta o introducción brusca de la misma.
- Bebidas carbonatadas o beber demasiado líquido durante las comidas.
- Cambios bruscos en la alimentación.
- Desequilibrio entre bacterias intestinales buenas y patológicas.
- Comer en exceso, comer demasiado deprisa o hablar mucho mientras se come.
- Intolerancias o alergias alimentarias (intolerancia a la lactosa, a los FODMAPS, al gluten…).
- Trastornos digestivos (gastritis, intestino irritable, dispepsia funcional, celiaquía…).
- Algunos tratamientos con antibióticos.
- Estreñimiento.
- Masticar chicle.
- Estrés.
8 consejos para eliminar las flatulencias
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Para mejorar la situación podemos intentar adoptar las siguientes medidas:
- Reducir la cantidad de alimentos que suelen producir ventosidades, como los que hemos mencionado anteriormente, o los que nos puedan provocar a nosotros en particular. También tendremos que ajustar la cantidad hasta descubrir la medida en la que dejamos de notar molestias.
- Tomar alimentos fermentados como chucrut crudo, yogur o kefir, para mantener una buena flora bacteriana.
- Utilizar especies carminativas para cocinar los alimentos flatulentos, o bien tomar infusiones de las mismas después de las comidas. Nos pueden ayudar el hinojo, el comino, el anís estrellado, la menta, el laurel, el orégano… Se recomienda remojar las legumbres antes de cocerlas y consumirlas en puré.
- Tener en cuenta los alimentos añadidos (leche, trigo, edulcorantes…) en los productos procesados, puesto que algunos podrían ser responsables de la producción de gases. Por ejemplo: los panes que contienen gasificantes químicos en vez de levadura, se digieren peor.
- Comer pausadamente y en cantidad suficiente, evitando la sensación de plenitud después de comer. Es conveniente también, poder disfrutar de un rato de calma después de las comidas, pero sin estirarse.
- Cenar con margen suficiente para poder ir a dormir unas 3 horas después de haber comido.
- Evitar la introducción de aire al estómago comiendo con la boca cerrada, sin hablar mucho, y evitar bebidas carbonatadas y masticar chicle.
- Hacer ejercicio regularmente ayuda a mantener un tránsito intestinal correcto, facilitando la expulsión de los gases.
En esta situación es muy importante escuchar y conocer nuestro propio cuerpo para saber cuáles son, exactamente, los alimentos que nos provocan molestias, puesto que cada persona puede responder de manera diferente a un mismo alimento. Si esta estrategia no nos funciona, podemos consultar a un profesional.