Tras nuestro post gastronómico de la semana pasada, en Semillas Huerta y Jardín nos hemos visto obligados a 'ampliar conocimientos' al respecto, ya que, como hemos visto, además de disfrutar simplemente cultivando nuestro propio huerto urbano, vamos a encontrarlo mucho más apetecible –nunca mejor dicho- una vez recolectemos nuestras hortalizas y empecemos a cocinar con ellas.Si en el último post comenzamos hablando sobre cómo hacer conservas con nuestras hortalizas y explicamos cómo hacer conserva de tomate frito, hoy nos hemos decidido por… ¡las mermeladas! Delicioso y fácil, ya veréis. La variedad de mermeladas que podemos hacer es inmensa: desde las más clásicas, como las de melocotón, ciruelas o albaricoques; pasando por cítricos y frutos secos; hasta de zanahorias, tomates o cebollas. ¡Todo depende de qué queramos untar en nuestras tostadas cada mañana! Bueno, y de qué hayamos plantado en nuestro huerto. Además, cada vez está más de moda hacer mermeladas de hortalizas y no sólo las ‘tradicionales’ de frutas, ya que una mermelada de cebolla, por ejemplo, puede acompañar a carnes, pescados… Una vez elegida de qué va a ser, sólo queda preguntarse cómo hacer nuestra propia mermelada. Es tan sencillo que corremos el riesgo de dedicar todas nuestras hortalizas a hacer…, pero nos arriesgaremos.Primero, cogemos las hortalizas y las pelamos, quitamos las pepitas o huesos y las troceamos. Hay que triturar la pulpa un poco para que sea más espesa. Una vez hecho esto, hay que dejar macerar la hortaliza con azúcar para que suelte jugo –la cantidad de azúcar dependerá de la hortaliza usada, aunque, normalmente, por cada kilo de fruta se pone medio de azúcar, pero mejor consultar cada receta-. ¡Ah! Es recomendable echar un chorrito de limón para evitar la oxidación.
De momento, el proceso está siendo fácil –pelar, cortar y macerar en azúcar, pan comido-. El siguiente paso es hervir nuestra hortaliza macerada. El tiempo va a depender de la cantidad de agua de ésta, ya que el agua debe evaporarse para que la mermelada quede espesa. Y llegamos al paso final, pero antes, recordar que, como comentamos en el anterior post, los botes que usemos –preferiblemente de cristal- deben haberse esterilizado antes –hay que hervirlos durante 15 minutos-. Bien, la mermelada se vierte en nuestros recipientes esterilizados y, tras cerrarlos bien, se calientan al baño maría durante unos 20 minutos para conseguir un sellado hermético. Sólo nos queda pasarnos por Mayvicooka por unas cuantas recetas y ya podemos ponernos manos a la obra.
¡Feliz conserva!