Arañar es considerado un comportamiento normal en los gatos. Arañar las cosas es un rasgo hereditario y los gatos lo hacen por instinto, pero también lo aprenden de su madre desde pequeños. Los gatos arañan con el fin de dejar un marcador territorial visual y olfativo.
El rastro olfativo que dejan al arañar proviene de las glándulas sudoríparas situadas en sus patas. En menor medida, también rascan con el fin de acondicionar y recortar sus garras, y para tonificar la musculatura de sus patas delanteras, aunque esto no es esencial.
Para tratar los destructivos arañazos y conseguir que tu gato no arañe las cosas, el entrenamiento implica tres aspectos: la prevención, la enseñanza y la corrección.
Evitando que tu gato arañe
La prevención se logra preparando tu casa contra los arañazos. Ésto se hace cerrando las áreas donde se encuentren los objetos más valiosos y manteniendo a tu gato aislado en un área que no tenga nada valioso que arañar. Si es necesario, puedes cubrir los muebles temporalmente con plástico y mover las cortinas fuera de su alcance.
Proporciónale a tu gato un poste rascador. El poste debe ser de un tamaño y una textura atractivas para tu gato, y lo suficientemente consistente para evitar que vuelque. El revestimiento preferido debería tener un tejido longitudinal que permita a tu gato a clavar sus garras. El poste también debe ser más alto que tu gato cuando se alza sobre sus patas traseras. Debe estar colocado cerca de donde duerme el gato, ya que la mayoría de ellos marcan su territorio cerca de sus zonas de dormitorio y prefieren arañar poco después de levantarse.
Otros consejos para minimizar los arañazos son: mantener las uñas bien cuidadas, proporcionarle suficientes juguetes y, si es posible, permitir a tu gato salir fuera de casa (bajo tu supervisión).
Entrenar a tu gato para que use un poste rascador
Puedes entrenar a tu gato para que use un poste rascador frotando la superficie del poste con hierba gatera (catnip) y frotando las patas de tu gato suavemente contra el poste (los gatos prefieren los objetos previamente rascados). Si tu gato prefiere utilizar otro objeto distinto al poste rascador, dile firmemente “¡no!”, llévale de nuevo a poste rascador y una vez más frota suavemente sus patas contra el poste. Es posible que quieras elogiarle o darle una golosina cuando utilice el poste.
Corrección
Por último, si estas medidas no tienen éxito, puedes intentar aplicar una “corrección a distancia”. Se trata de esconderse de la vista de tu gato (o usar una cámara de vídeo o un espejo en una esquina) y aplicar un estímulo desagradable cada vez que el gato araña las cortinas o los muebles. Los estímulos desagradables pueden ser un ruido fuerte, usar un pulverizador de agua sobre el gato, mover una lata llena de canicas o arrojar una almohada pequeña o un peluche cerca de tu gato. De esta manera, tu gato identificará los estímulos negativos con el acto de arañar, más que contigo.