Es el momento de ir al veterinario, y de repente tu gato desaparece de tu vista. Acabas de sacar el transportín del armario y ves cómo tu felino amigo corre como si fuera Usain Bolt debajo de la cama; miras debajo de la cama y ahí está agazapado en el rincón más alejado. Por mucho que lo intentas de todas las maneras no consigues hacer salga, así que, desesperado, llamas a tu veterinario para pedirle disculpas y reprogramar la cita. ¿Cómo hacer que tu gato pierda el miedo al transportín?
¿Cómo hacer que tu gato se meta en el transportín sin que sea un trauma para él?
Pues la idea básica es tranquilizar a tu gato cada vez que entre en el transportín, hacerle saber que no le pasará nada malo por meterse en él. Esto se puede conseguir de varias maneras, pero lo más importante es hacer que ese transportín que tanto teme sea una parte de su rutina diaria, y así poder usarlo para los viajes al veterinario o cualquier otro lugar.
Familiariza a tu gato con el transportín
Mantener el transportín en un lugar de tu casa que siempre esté visible para tu gato le ayudará a acostumbrarse a su presencia. Los primeros pasos para lograr que tu gato utilice el transportista comienzan mucho antes del viaje al veterinario. Es necesario familiarizar a tu gato con el transportín de una forma lenta y gradual:
- En primer lugar, incluso antes de empezar, lava bien el transportín con agua caliente y vinagre. Deja que se seque al aire libre durante al menos 24 horas.
Spray antiestrés para gatos Feliway
- Después, mete el transportista en casa, y comienza a alimentar a tu gato dentro de él. Deja la puerta entreabierta, y coloca un plato de deliciosa comida enlatada en la parte posterior, en el fondo. Si el gato no entra libremente y por su propia voluntad, no le obligues a hacerlo. Basta con dejar la comida ahí dentro durante 10 a 15 minutos; luego retírala y guárdala de manera que no se eche a perder. Inténtalo de nuevo más tarde. No le des de comer entre intentos en otro lugar que no sea el transportín.
- Espolvorea un poco de catnip o hierba gatera en la parte inferior del transportín, y pon algunos juguetes en su interior. Unas pelotas de ping pong o de golf pueden valer perfectamente; estas harán un maravilloso sonido cuando reboten dentro del habitáculo.
- Rocía el interior del transportín con el Spray antiestrés para gatos de Feliway, hazlo de forma generosa, y pon también algo acolchado en el interior para hacer una cama cómoda, en la que tu gato se pueda acurrucar cómodamente. Puedes dejar la puerta abierta, o quitarla directamente.
- Una vez que tu gato se sienta cómodo en el interior del habitáculo, cierra la puerta durante unos 5 minutos y luego déjale salir y dale una recompensa, en forma de golosina por ejemplo. Haz esto dos veces a la semana. Aumenta el tiempo que le tienes “encerrado” progresivamente, pero nunca más de 10 minutos.
Antes de llevar a tu gato al veterinario
Antes de la visita al veterinario, hay algunas cosas que puedes hacer para calmar a tu gato y prepararle para el viaje.
Mete a tu gato en el transportín y, en lugar de poner ponerlo directamente en el suelo o el asiento del coche, apóyalo sobre una almohada blanda (para reducir las vibraciones) y cúbrelo completamente con una tela siempre y cuando no haga demasiado calor en el ambiente. Intenta colocarlo en la mejor posición que puedas, pero siempre lejos de cualquier rayo de sol que entre a través de las ventanas. Si es un día caluroso, deja que pase suficiente aire en el trasnportín; símplemente pon la tela en la parte delantera del transportín, para tapar su visión lo máximo posible. Además, asegúrate de usar el cinturón de seguridad para mantener el transportín en su lugar.
- Antes de meter a tu gato dentro del transportín, rocíalo (el habitáculo) con el spray antiestrés de Feliway.
- Coloca unos pañales desechables debajo del transportín para prevenir cualquier “accidente fisiológico” que pueda sufrir tu gato si se encuentra estresado.
- Pon dentro del transportín un juguete para que tu gato pueda entretenerse y desestresarse.
- Por último, mete a tu gato en el habitáculo, cierra la puerta y cubre el habitáculo con la tela o un paño
En el veterinario
Al llegar al veterinario, intenta mantener a tu gato lo más tranquilo posible y trata de minimizar cualquier hecho traumático para él. A continuación te damos algunos consejos para conseguirlo:
- Antes de salir del coche para entrar en la clínica veterinaria, pon una pequeña gota de extracto de vainilla bajo la nariz de tu gato (hazlo a través de las paredes del transportín; no saques a tu gato fuera para hacerlo), o debajo de la barbilla antes de meterle en el transportín.
- Mantén a tu gato cubierto con la tela, mientras que estás en la sala de espera para ayudarle a reducir el estrés y minimizar los olores y el ruido que habrá allí.
- Es recomendable que lleves una camisa vieja de manga larga sobre tu ropa, puesto que la mayoría de los gatos sueltan mucho pelo durante un examen veterinario.
- Es una buena idea llevar siempre algunas golosinas en forma de recompensa para que se las dé el veterinario; así él no lo verá como un enemigo.
Siguiendo estos consejos harás que tu gato esté lo más relajado posible, dadas las circunstancias, y le enseñarás que no tiene por qué temer al transportín, lo que te permitirá reducir el tiempo que pasas persiguiendo a tu gato por toda la casa para conseguir que entre.
Si no acostumbras a tu gato a ver el transportín y no le enseñas a familiarizarse con él, cuando le saques para hacer una visita al veterinario o a cualquier otro lugar, quizá lo máximo que veas en ese momento sea la punta de la cola de tu gato viendo como se introduce debajo de la cama huyendo de “ese monstruo”.