Ahora que sabemos cómo cocer una centolla o un buey de mar, (en este enlace puedes ver con detalle el proceso), vamos a aprender a limpiarlo y dejarlo listo para comer. En esta entrada podrás ver con detalle como abrir el caparazón del buey de mar o centolla, cómo retirar todo lo que no sirve y qué hacer con el coral, la carne y todo el contenido para preparar un caparazón relleno como el de la foto y deleitar a los tuyos.
El proceso es muy sencillo, así que vamos a ponernos manos a la obra. Además de la pieza de marisco cocida, necesitaremos un tomate, medio pimiento, media cebolla, un huevo duro, alcaparras, aceitunas, un chorreón de vino de Ribeiro y una cucharadita de aceite de oliva virgen extra tipo Royal o Arbequina. Empezamos abriendo y limpiando bien el buey de mar del modo siguiente:
La limpieza y el despiece
Partimos de nuestro buey recién cocido al que habremos dejado enfriar un poco pero sin meterlo en la nevera, puesto que en ella la carne se pega a las patas y cuesta mucho más sacar su delicada carne blanca. (Aquí podéis ver cómo cocer bien un buey de mar o una centolla) Lo primero que hacemos, con cuidado es quitarle las patas y las pinzas, reservándolas para después.
Ponemos el cuerpo boca abajo y abrimos la parte triangular que distingue a los machos de las hembras. En las hembras, como veis en la foto, es más redondeado, (es esa parte más naranja) y en los machos es más triangular y estrecho. Abrimos esa parte y la arrancamos, desechándola. Aprovechamos para limpiar de pequeños restos o suciedad si la hubiera.
Justo por donde hemos roto, podemos abrir el caparazón con cuidado de no romperlo, obteniendo después de abrir una pieza como la que veis en la foto siguiente. Ahí hay muchas cosas interesantes y otras que no lo son. Hay cosas aprovechables y cosas que hay que tirar.
Lo mejor es que lo veais sobre la foto. La parte roja, el coral hay que aprovecharlo. Las piezas triangulares grisáceas de los laterales, que son parte del aparato respiratorio y de filtraje del animal hay que retirarlas y tirarlas.
Una vez limpia esa parte, tendremos unos trozos grandes blancos que podemos trocear sin dificultad con un cuchillo. Yo corto cada uno en tres partes. Damos unos golpes a las patas con el mazo del mortero o un martillo y hacemos lo mismo con las pinzas para que luego sea más fácil comerlas y esa parte la tenemos lista para consumir.

El caparazón, limpieza y relleno
En cuanto al caparazón, sacamos su interior con una cuchara y vemos que también necesita de una limpieza. En las imágenes siguientes podéis cómo tenéis que hacerlo y después ver qué hay que retirar y qué no.



