“…Construye una fortaleza de paz a tu alrededor con fe, esperanza, amor, alegría y paciencia” Un Gimnasio para el Alma…”
Con este artículo cierro el ciclo de siete meditaciones grupales dedicadas al desarrollo de la Paz Interna. Aunque lo plasmo con mis manos no es en esencia mío, es la recopilación de toda la sabiduría extraída de libros, vivencias y personas que he leído, vivido y conocido.
La paz interna no es el resultado de momentos satisfactorios, es una actitud que se desprende desde el interior, compréndase la definición de interior como el equilibrio entre los pensamientos, las emociones y que se ve reflejado en los actos.
Se puede vivir rodeado de las mayores comodidades y ser un manojo de nervios y ansiedad, como también se puede estar en condiciones precarias y mantener un equilibrio digno de admiración.
Continúo mi definición de paz interior con una historia; mi madre tiene un hermano muy viejito, hace un par de años le detectaron un cáncer de próstata que logró vencer con un éxito contundente, es bastante humilde, de hecho vive en una montaña y camina alrededor de 6 horas diarias para salir y regresar a ella.
Lo menciono porque es el vivo ejemplo de la paz, mirarlo a los ojos, conversar con él es una experiencia espiritual, su motor de vida es la fe y derrocha amor con sus palabras, he tenido la oportunidad de conocer monjes, guías, gurús, maestros chamanes y esa expresión de tranquilidad no se diferencia entre la que emiten los anteriores a la de él. Pretendo ilustrar con esto que la paz interna no tiene condición para manifestarse en los humanos.
Y lo mejor: Está al alcancé de quien este dispuesto a bajarle el volumen a lo externo y descubrirla dentro de sí.
Ahora bien es una labor que requiere práctica y dedicación, y se va construyendo mano a mano con la fe en Dios, la Esperanza en que lo mejor siempre es lo que sucede, el amor hacia toda expresión de vida, la alegría de vivir y con paciencia que no es otra cosa que la espera consciente.
Para finalizar compartiré los tips que me ayudan a mantener la mía (no soy el mayor ejemplo, pero con humildad la trabajo).
1. Meditar
2. Subir montaña y cualquier tipo de contacto con la naturaleza.
3. Leer textos inspiradores.
4. Escuchar mantras.
5. Hacer actividad física con atención plena.
6. Hacer ejercicios de respiración consciente.
7. Cargar un bebé.
8. Cocinar.
9. Rezar
10. Hablar con Dios.
11. Visitar un templo.
12. Agradecer.
13. Realizar actividades artísticas.
14. Hacer pausas diarias para tomar una taza de té y disfrutar de un breve momento de soledad.
Gracias y bendiciones para tu vida…