[dropcap]L[/dropcap]as fiestas navideñas, a punto de llegar, se caracterizan por el consumo excesivo, tanto material como alimentario.
Tenemos una gran cantidad de fechas señaladas, alrededor de la media docena, en un espacio de tiempo reducido, quince días. La tradición manda, y lo que nos manda es celebrarlo a través de una serie de reuniones, unas con familiares, otros con amigos, alrededor de una mesa normalmente repleta de platos suculentos con una importante carga calórica.
Habrá pequeños cambios dependiendo de la zona geográfica en la que encontremos. Por ejemplo, Nochebuena no es tan celebrada en Cataluña pero sí en muchos otros puntos de España. En cambio, San Esteban es festivo en Cataluña y día en el que se comen los tradicionales canelones, pero no es una fecha señalada en el resto del país. Quien las celebra todas comienza su "aventura" el día 24 por la noche, con la Nochebuena, una cena que puede ser más o menos informal pero que ya es un previo de lo que nos espera en las próximas dos semanas.
Las reuniones siguen el día 25. La Comida por excelencia. Aquí se vuelve a imponer la tradición regional en lo que se refiere a guisos: Escudella con galets, carn d'olla y pollo o capón en Cataluña, lombarda braseada en Madrid, coliflor con bacalao en Galicia, cochinillo, pavo, marisco... Hay versiones de comidas de Navidad más ligeras, más internacionales, más selectas... pero todas acaban inequívocamente con los turrones, barquillos, polvorones, mazapanes... Y así hasta el día 6 de enero, donde coronamos las fiestas comiendo el roscón de reyes.
Si no hemos sabido moderarnos, todo este goteo de comidas nos puede hacer ganar unos cuantos kilos que acabarán formando parte de uno de los deseos y propósitos para el año que acabamos de estrenar: " perder los 4Kg que he ganado ".
De entrada, y para que después no tengamos que lamentar males mayores, debemos empezar ya a trabajar sobre este tema (el de los kilos de más). ¿Cómo? A continuación te damos algunos puntos importantes a tener en cuenta y que te asegurarán el éxito, o, cuando menos, minimizarán el daño.
Consejos para no ganar peso en Navidad
- Modera la ingesta de turrones y otros dulces típicos de estas fechas que hace días tenemos a nuestro alcance y que, estamos seguros, más de uno y de una ha empezado a consumir. Puedes pactar contigo mismo/a y establecerte un límite de ingestas (sólo los fines de semana, comer la mitad de lo que tienes costumbre de hacer...) y, si te sientes incapaz de controlar el impulso de ir a la despensa y coger un trozo de turrón, siempre existe la opción de no comprarlos. Recurso típico que más de uno se aplica y le funciona.
- Llegan las fechas señaladas (Navidad, San Esteban, nochevieja...) y tienes una comida/cena familiar o con amigos. Sabes que habrá muchas cosas buenas, por lo tanto, tomas la decisión de desayunar poco o sencillamente no desayunar porque "como comeré mucho...". Este es un error que se suele cometer. Debemos intentar que la comida o comidas previas sean lo más normalizadas posible. Desayuna y, si es necesario, haz una media mañana. Si lo que tienes es una cena, come normalmente y merienda. El hecho de llegar a la comida en cuestión con menos apetito o un apetito moderado te permitirá escoger los alimentos con responsabilidad y las raciones serán también moderadas.
- Come de todo pero en menor cantidad. Con esto lo que te estamos diciendo es que no dejes de disfrutar de lo que te gusta. Hazlo, pero limita las cantidades.
- De la misma manera que hemos dicho que las comidas previas sean normalizadas, pasa igual con las posteriores. Muchas veces se llega a casa después de una comida abundante llevando más que una tripa llena. También nos acompaña un sentimiento de culpa por los excesos cometidos. Esta desagradable sensación nos lleva a querer compensar de alguna manera y en ocasiones la solución la encontramos en dejar de comer e ir a la cama sin cenar (como si de un castigo se tratara). O cenar sólo fruta (por aquello de depurarnos). Ante esta situación, lo primero que debemos decir es que podríamos haber aplicado los dos puntos anteriores. Pero cuando no ha sido así, compensar saltándonos comidas principales o haciendo cenas monotemáticas, no es la mejor opción. Si el hambre te lo permite busca alimentos ligeros y digestivos. Un batido de leche desnatada con fruta y copos de avena, por ejemplo. Un poco de verdura cocida y patata, o puré con una tortilla de un huevo o pescado blanco...
- Si te ha tocado a ti hacer comida o cena tienes alternativas de platos con menos densidad calórica. Busca ingredientes más ligeros y/o técnicas culinarias alternativas.
- ¡Muévete! Parte de las Calorías que ingerimos a través de los alimentos serán utilizadas para realizar actividad física. Así que, aprovecha estos días de fiesta para salir a caminar, ir en bicicleta, ir al gimnasio... No te estés quieto/a y lleva una vida activa. Ten en cuenta que la actividad física debe ser regular. Realizar ejercicio sólo durante las fiestas de Navidad no te aportará soluciones a los kilos de más.
- La prevención siempre es el mejor aliado. Empieza lo antes posible a tener unos hábitos saludables. Deben formar parte de tu rutina, de tu modo de vida. Si durante todo año actúas saludablemente puedes permitirte los caprichos que fechas como las que se acercan nos ponen delante.
- Aplica el sentido común. Es más fácil de lo que parece.