¿Sientes cansancio, sonmolencia, malestar o incluso tristeza desde que cambiaron la hora? No te preocupes, pues estas sensaciones resultan mucho más comunes de lo que pensamos.
La explicación reside, como casi siempre, en nuestro interior. Al alargar las horas de luz, se produciría una desincronización de nuestro reloj biológico con respecto al ambiental, acarreándonos toda una gama de alteraciones relacionadas con la fatiga y la falta de energía. Bien es cierto que estas alteraciones afectan más a unas personas que a otras, pero en general todos nos vemos al menos ligeramente afectados por este desfase horario.
La secreción de hormonas relacionadas con nuestros ciclos de sueño-vigilia, es decir, el cortisol y la melatonina, verían alterado su funcionamiento a causa del cambio de hora, por lo que el cuerpo humano tardaría entre 3 y 7 días en reestablecer su equilibrio. La causa de las afecciones anteriormente citadas reside en que dichas hormonas controlan gran parte del trabajo de muchos de nuestros órganos, de ahí el "trastorno".
¿Y entonces, qué podemos hacer para adaptarnos mejor a este cambio? Aquí van algunos consejos:
-Deja paso a la luz natural en casa por la mañana y date una ducha resfrescante para iniciar el día.
-Toma fruta, especialmente cítricos, e incluye hidratos de carbono en tu desayuno.
-No olvides la miel y la leche templada, su alto contenido en triptófano estabilizará tu ánimo.
-Resulta conveniente empezar la mañana con música alegre y ¡mucho ritmo!
-No olvides el ejercicio físico, por la mañana más dinámico y si lo vas a hacer por la tarde, algo más suave.
¡En menos que canta un gallo tendrás tu reloj en hora y haciendo tic-tac mejor que nunca!
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