Regla número 1: no existen alimentos prohibidos. Come de todo, pero elimina al máximo posible el azúcar, las grasas y las féculas.
Regla número 2: el número mágico, reducir al día la ingesta en 500 calorías. Algo orientativo, porque dependerá del ejercicio físico que hagas y de tu metabolismo. Pero… ¿sabes qué son 500 calorías? Es, por ejemplo, el café con leche de media mañana y un donut o dos latas de refresco azucarado o la bolsa de patatas fritas que te tomas mientras ves la tele… ¿te resulta muy difícil prescindir de ello?
Regla número 3: una dieta debe estar supervisada por un nutricionista, por lo que no te vamos a dar ningún menú mágico. Eso sí, ve incluyendo verduras crudas y cocidas a tu menú semanal y elimina fritos y rebozados.
Regla número 4: 20 minutos de ejercicio al día. No hace falta más tiempo para realizar un HITT, un entrenamiento interválico de alta intensidad: realizas ejercicios a tope durante 20 a 60 segundos y descansas. No te deprimas al principio: poco a poco lograrás hacer más repeticiones en ese tiempo.
Regla número 5: las 5 comidas Bien distribuidas y con variedad, así evitarás los picos bajos de azúcar en sangre, que son los que provocan la sensación de hambre que te lleva como una loca a arrasar la nevera.
Regla número 6: duerme. Diversos estudios científicos aseguran que no dormir lo suficiente engorda. Cada hora de sueño consumes una media de 65 calorías. Si no duermes 7 horas, tu cuerpo lo compensará almacenando grasa.