Por Bernardo Villar
Las cosas son como son, eso está claro. Para qué darle vueltas al asunto. Las cosas son como son y no se puede hacer nada al respecto. ¿O sí se puede?
Pues hagamos una distinción importante: las cosas son como son pero yo no puedo saber cómo son las cosas. Solo puedo saber mi experiencia de ellas.
Cada evento en mi vida es automática e imperceptiblemente pasado a través de una serie de filtros: mis creencias sobre lo que es y lo que debería ser, sobre lo que es bueno y lo que es malo, sobre lo que es correcto o incorrecto, sobre lo que he aprendido de eventos similares del pasado, sobre cómo me enseñaron que debería o no reaccionar ante tales eventos, etc.
Mi experiencia, pues, no viene directamente de los eventos (personas, circunstancias) sino de cómo me relaciono con la interpretación que le doy a los eventos.
Estas interpretaciones automáticas, estas historias que me cuento en automático sobre los eventos de mi mundo, condicionan la manera en que me relaciono con el mundo y conmigo mismo. Y el asunto delicado es que esas interpretaciones ocurren de manera tan instantánea que usualmente las confundo con “la realidad”, perdiendo de vista que lo que ES y lo que (me) cuento de lo que que ES son dos cosas distintas.
En el momento que yo puedo darme cuenta que lo que yo he tomado toda mi vida como “la realidad” (cómo son las cosas) es tan solo la interpretación que le he estado dando a las cosas y que no es necesariamente la única interpretación posible, el mundo se expande ante mí como una posibilidad infinita.
Si yo cambio mi conversación sobre cómo es el mundo y cómo soy yo, mi relación con los eventos de mi vida cambia, por lo tanto cambia cómo ocurre el mundo para mí y por lo tanto cambia quién soy yo en el mundo.
Entonces ocurre la transformación. Entonces cómo era el mundo ya no es y la persona que lo interpretaba (y se interpretaba a sí misma en el mundo) es totalmente nueva y con el poder de modificar la realidad, es decir, cómo ocurren los eventos en su vida.
Y todo cambia y nunca vuelve a ser lo mismo