¿Cómo superar la inseguridad?

Existe un gran número de personas, muchas de ellas adultas, que aún siguen mostrándose intranquilas y temerosas en muchas circunstancias de sus vidas. Así, lo pasan mal cuando usan el transporte público, cuando asisten a reuniones o simplemente cuando se enfrentan a situaciones de lo más cotidianas como puede ser ir a comprar el pan o hacer cola en el supermercado.

Aunque dichas personas no hayan sido diagnosticadas de fobia social, probablemente porque nunca acudieron a un especialista por esta razón o incluso porque no cumplirían todos los criterios del trastorno, seguramente no dudarían en afirmar que hay momentos en los que llegan a pasarlo verdaderamente mal al tener que relacionarse con los demás.

Son las llamadas personas 'inseguras', en las cuales predomina un miedo casi generalizado a muchas situaciones de la vida diaria. De esta forma, muchas de ellas encuentran su hogar como un verdadero búnker, un lugar en el que nada ni nadie puede hacerles daño.

Es normal que en cierta medida todos nos pongamos algo nerviosos en función de qué o quiénes tengamos delante o de la tarea que tengamos que resolver. Sin embargo, las personas inseguras viven en una constante angustia, pues además de no verse a sí mismas como competentes para resolver algún asunto, tienen un miedo enorme a que los demás puedan suponerles una amenaza. No es de extrañar, por tanto, encontrarlas con la espalda arqueada, mirando al suelo y con el habla entrecortada.

Puesto que cada individuo es un mundo y sería necesario conocer cada caso particularmente para poder abordarlo, nos limitaremos a comentar tres aspectos que pueden servirte de ayuda si te ves reflejado en lo que comentamos:

-No te anticipes. Si sabes que tendrás que enfrentarte a una determinada situación que puede ser difícil para ti, trata de no malgastar el tiempo pensando en cómo será y en qué ocurrirá. Es posible que no ocurra nada de lo que habías anticipado, incluso también puede ocurrir que no lo pases tan mal como creías.

-Ten confianza en ti mismo. Eres como los demás. Nadie de tu alrededor es mejor ni peor que tú. Si cometes algún error, es algo que podía haberle pasado a cualquiera. Y lo mejor, seguramente la importancia que los demás le concedan no será ni la mitad de grande que la que tú le diste.

-Acuérdate de lo bueno. Cuando entables una conversación con alguien, te subas al metro para recorrer un trayecto o hagas un recado, haz un esfuerzo por recordar los aspectos positivos de la situación. Pon más énfasis en lo que hiciste bien (y sintiéndote orgulloso de ello) que en lo que 'crees' que hiciste mal.

Si sigues estos pasos y vas exponiéndote poco a poco a lo que temes ten por seguro que cada vez te resultará mucho más sencillo, y te darás cuenta de que el mundo no es tu enemigo, sino que lo eres tú mismo.

foto|graur razvan ionut