Domingo 12 de Abril de 2015
Según un articulo que publicará mañana la revista Nature y que avanza hoy el Observatorio Meridional Europeo (ESO) en un comunicado, han sido detectadas grandes cantidades de cianuro de metilo (CH3CN) en el disco protoplanetario que rodea a la joven estrella MWC 480, lo que alienta la posibilidad de que exista vida más allá del Sistema Solar. Según argumentan los científicos que han llevado a cabo la investigación, este descubrimiento es clave, ya que esta molécula contiene enlaces entre átomos de carbono y de nitrógeno. Estos lazos químicos son esenciales para la construcción de la vida, ya que son indispensables para la formación de los aminoácidos, que a su vez son unos elementos básicos de las proteínas.
La estrella MWC 480 es dos veces mayor que nuestro sol y se encuentra aproximadamente a 455 años luz de la Tierra, en la región de formación estelar de Tauro. Tanto el cianuro de metilo como el ácido cianhídrico (HCN), fueron encontrados en los confines del disco de reciente formación en torno a la estrella MWC 480. Este hallazgo se a llevado a cabo con un telescopio especial de la ESO en el desierto de Atacama en Chile. La autora principal del articulo Karin Öberg (astrónoma del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica de Cambridge) declaró "Ahora tenemos aún más evidencias de que esta misma química existe en otras partes del universo, en las regiones que podrían formar sistemas solares no muy distintos al nuestro" reafirmando que las condiciones que dieron lugar al nacimiento de nuestro sistema solar, no son únicas en el universo.
La astrónoma Karin Öberg, también destacó que tanto las moléculas descubiertas en torno a MWC 480 como sus concentraciones son similares a las de los cometas del Sistema Solar, y también afirmó en sus declaraciones "Ahora sabemos que tampoco somos únicos en cuanto a nuestra química orgánica. Una vez más, hemos aprendido que no somos especiales. Desde el punto de vista de la vida en el universo, es una buena noticia". Con estas declaraciones llegamos a la conclusión de que la vida, fuera de nuestro sistema solar, no es tan improbable como muchos pudieran pensar.
Fotografía original
Crédito: ESO - Colaboración en ésta publicación de Andres Lopez