No me gusta tener dos libros a medias, soy de terminar uno y ponerme con el otro, pero mientras ayer estaba con lo nuevo de la saga Medianoche (me guardo mis comentarios a lo de darle vía libre a la autora a seguir escribiendo sobre esta saga), apareció en mi puerta la galerada de lo nuevo de Fracesco Gungui, y con éste tengo plazo de reseña.

Para la reseña de Balthazar tengo la tira de cosas que decir (cuando no me convence algo lo apunto para comentarlo después, y con esta novela llevo ya unas cuantas notas). Si habéis leído algo de Claudia, ya sabéis de qué pie cojea, sobretodo con esta saga. Lo que más me “molesta” (ya entenderéis) de este libro es el permiso que parece que se ha dado la autora para hablar de sexo en este tomo –mucho más abiertamente que en los anteriores-, no es que Balthazar y Skye se nos vuelvan un Grey y una Ana (Dios nos libre), pero sí que, como ellos, están dándole vueltas todo el rato a lo mismo. Parece que la autora quiera, pero piense que no deba escribir sobre ello por el tema de que es una novela juvenil, cosa que resulta un tanto frustrante, pues hay veces que añade el factor a la ecuación per no sabe dónde ubicarlo (ejemplo: Skye y las clases de educación sexual a las que asiste a primera hora en el insti pero de las que no se cuenta nada, simplemente que asiste; Balty y sus “repasos visuales” que arregla con un “No con humanas”); en otro tipo de libro estas cosas resultarían interesantes e incluso llegarían a impacientarnos; en estos libros lo único que consigue la autora es que el tema no quede bien encajado, que te aburra y que te lo mires con recelo.
Me parece muy bien que la autora se destape y no le de reparos a utilizar el factor del sexo en su saga, lo que me cansa es que los protas se pasen el día pensando en lo mismo a la mínima oportunidad teniendo cosas más importantes que hacer. Por no hablar del comportamiento infantil de Balthazar cuando es un vampiro que cuenta con siglos de existencia, pero bueno… eso ya es otra nota de la que os hablaré en la reseña.
Luego tenemos el otro de Montena: Simplemente, escaparme contigo. Lo primero es que hasta el momento, con más de medio libro leído, no le encuentro el qué al título… es algo que me tiene desubicada, quizá es por seguir la mecánica de títulos de los dos anteriores.
No he leído los dos anteriores, pero no hace falta para empezar con este (aunque en los otros se nos presenten los personajes y demás, en este la prota nos va explicando cosas de su pasado –en los anteriores libros- y no te pierdas nada). Aún así, quizá la reseña de este no la podré hacer tan bien como debería: no sé si los anteriores son mejores o peores. Lo que sé es que este tiene 60 páginas de tremendo aburrimiento, que cuando estuve a punto de dejarlo, hizo un “clic” y la prota me dio motivos para continuar (quizá mi lado oscuro, que ha disfrutado con ello), pero que por lo que parece ha hecho otra vez “clic” y ha vuelto a lo mismo. Es que prácticamente este libro no habla de nada. Es leer por leer. Ya os contaré, que también tengo mi montón de notas preparado al lado.
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Os cuento en breve un poco más en sus respectivas reseñas, pero ya podéis imaginar por dónde van los tiros… (como dice Maisha por mi ojo demasiado crítico: ha vuelto La Bruja Piruja).