Revista Cultura y Ocio
Es curioso el caso de Keane en nuestro país. Con su primer
disco “Hopes And Fears”, la repercusión y éxito que tuvieron en España nos
hacía presentir que nos encontrábamos ante una banda que dominaría el panorama
internacional con relativa facilidad, pero resultó que “Under The Iron Sea” no
fue entendido por la mayoría de la gente. Por ello, el grupo quedó en un
segundo escalón generalista, que llevó entre otras cosas a programar el
concierto de este pasado 19 de octubre de 2012 en Madrid en una sala anexa del
Palacio Vistalegre. La demanda de entradas, hicieron a los promotores
replantearse el asunto y el grupo alcanzó el estatus suficiente para que se les
diera paso al ruedo, aunque eso sí, subiendo el precio de las entradas 3 euros
con respecto a la gente que las compró de primeras.
Cuando me hice eco de la noticia, gracias a un amigo, ya que
de lo contrario se me hubiera pasado completamente (otro signo de que Keane no
reciben la atención en los medios que deberían), ya no quedaba entrada de pie
de pista. Como no era el caso que me sucedió con el concierto de Bruce Springsteen de hace unos meses (es decir, que ya le había visto previamente enasiento/grada y la entrada general se había agotado en el momento en el que pude
acceder a comprar la entrada, por lo que no me apetecía volver a verlo desde el
quinto pimiento), tras pensármelo un 2 o 3 veces, accedí a comprarme la
entrada, aunque, como ya expliqué en el post del último concierto de Springsteen, a la siguiente que
vengan Keane a Madrid, o voy a pie de pista, o no voy, o iré buscándome la
vida, como he hecho en otras ocasiones.
No obstante, la localidad era genérica, es decir, no había
asiento reservado y mi intención era situarme lo más cerca posible del
escenario, lógicamente en la fila más baja. Tenía en mente situarme en un
ángulo de 45º respecto del escenario, pero la cosa no fue posible, ya que
solamente se habilitaron los sectores de grada frente al escenario que
completaran el aforo vendido, y por lo visto hubo mucha gente que renunció al
concierto por el hecho de la grada probablemente. Por ello llegué en torno a
las 19.30h a las inmediaciones y me sorprendió ver la enorme cola que había, la
cual salía de la plaza para llegar a la calle General Ricardos (cosa que no
veía desde aquel mítico, para mí, concierto de Depeche Mode en el “Exciter
Tour” de 2001). Sin quererlo, chafé a un chico la sorpresa que le tenía su
novia reservada de llevarle al evento sin saber a qué iban, al preguntarles
sorprendido por la cola si estaban para el concierto de Keane… ¡Oops! Por
fortuna, no se lo tomaron muy a mal y estuvimos compartiendo conversación hasta
la apertura de puertas a las 20.20h o así, cosa que nos vino de perlas para
llevar mejor esas esperas eternas. Había un par de chicas de Murcia preocupadas
por poder pasar con una cámara réflex con un zoom añadido (me río yo cuando me
dice alguno de seguridad algo por mi porquería de cámara Olympus del 2006),
pero vimos que las muchachas consiguieron pasar sin problemas, a pesar de sus
temores previos. No conseguí situarme mal, pero la calidad de las fotos que
conforman el post son mucho peores que las de otros conciertos. Es lo que hay.
Antes hubo lugar para los teloneros de Miss Cafeina (arriba de este párrafo, una foto general del grupo). Había
oído el nombre del grupo, pero no había escuchado nada de ellos previamente. En
lo que al sonido se refiere, no me disgustaron del todo, pero una espectadora
con la que entablé conversación (y que dio la casualidad de que previamente habíamos coincidido también en el interminable trayecto de la línea 5 desde El Capricho
hasta Oporto, situándose en los asientos de enfrente del vagón ella y su
hermano; da igual que asista solo a los conciertos, ya que mi amigo iba al pie de pista y llegó tarde, porque normalmente tengo la enorme suerte de dar con gente tan maja como estos hermanos y la pareja con la que coincidí en la cola), me comentó que el tono del vocalista no le agradaba demasiado. Puede
que tenga razón en su exposición, pero aún así ha habido bandas mucho peores
que Miss Cafeina que me he tenido que tragar antes de un concierto. Además, en
esta ocasión, algo bueno que tiene estar en grada, la espera se hace más
llevadera y te cansas menos; el estar situado en las 10 primeras filas, se paga
(apreturas, empujones, gente que llega de última hora y se te cuela o te pide
colarse, etc…). Sí, la calidad de las fotos es muy mala, pero en la siguiente, si se fijan un poco, verán a Tom Chaplin de rodillas frente al teclado de un sesudo y concentrado Tim Rice-Oaxley.
Más o menos hubo puntualidad. 2 o 3 minutos pasadas las
22.00h se presentaba en escena el cuarteto actual de Keane y abrieron sin
mayores sorpresas con la correcta y sentida canción que igualmente abre el último
trabajo de la formación “Strangeland”. El set list dispuesto por Keane es uno
de los más completos que he vivido en mi vida, solamente comparable al de un
concierto de La Unión
que viví en el año 2004. De lo obligado no se dejaron nada y tras “You are
young” se nos regaló esa “Bend and break” de su debut “Hopes and fears”, una
canción muy asociada al directo, sobre todo porque recordaremos su videoclip
promocional que partía de un concierto del grupo.
En esta primera parte fue donde más peso, como suele ser
habitual en casi todos los grupos, se le concedió a esa magnífica obra que es
el último disco de Keane. Aquí nos encontramos con “On the road”, “Neon river”,
“The starting line” y “Silenced by the night”, que fue sin duda un gran
momento. No obstante, en este primer combo hubo representantes de casi todos
los discos (no obstante, aviso que de “Night Train” no se tocó nada) y así por
ejemplo en estos primeros compases “Is it any wonder?” desató la histeria entre
el público, siendo recibida de forma increíble, “The lovers are losing” nos
supuso una pequeña y agradable sorpresa, que si cabe se duplicó o triplicó
cuando “Nothing in my way” comenzó a sonar. Me pilló totalmente de sorpresa y
por ello me perdí unos segundos del inicio para grabarla con mi cámara (si ya
el audio es malo de por sí, a esa distancia, la imagen es birriosa, pero es lo
que les puedo ofrecer; para más calidad, seguro que por youtube también hay
subidos videos de gente que estuvo de pie en las primeras filas frente al
escenario). Y es que no las tenía todas conmigo en tanto a que esta pieza, una
de mis favoritas de “Under The Iron Sea” y de la carrera de Keane en general,
sonara en el concierto (hace ya mucho tiempo que voy a los conciertos virgen
totalmente de conocimiento de los set list que el grupo en cuestión esté
realizando en la gira en cuestión; adoro no saber qué me espera, más aún cuando
el concierto de Depeche Mode de febrero de 2006 en el Palacio de los Deportes,
el primero de los 2 que ofrecieron en el tour “Touring The Angel”, lo viví
sabiendo de pe a pa lo que iban a tocar, salvo las 2 o 3 canciones rotantes que
hay). Por tanto, personalmente fue uno de los momentos que con más ganas viví. Bueno, pues el video que grabé se lo inserto justo aquí abajo.
¿Más momentos que personalmente no contemplara como opciones
que el grupo nos fuera a ofrecer? Pues sí, y también de “Under The Iron Sea”.
Ya en el tramo final de la parte troncal del concierto, se presentó esa pieza
íntima, tan bonita y delicada que es “Try again”, la cual se representó con tan
solo Rice-Oaxley al piano y Chaplin frente al micro, dando un lógico descanso a
Quinn y Hughes. Permitió dar paso esta pieza a la maravilla que es
“Disconnected” del último disco. Uno de los momentos que más esperaba y que se
hizo de rogar como podrán ver si echan un ojo al set list que les dejaré unos
párrafos más adelante. La estaba grabando en video, pero un merluzo que se fue
a mear o yo qué sé en plena “Try again” y que volvió en mitad de esta
“Disconnected”, al querer pasar por donde no era posible para retornar a su
localidad, se llevó por delante mi abrigo, con lo que 30 segundos quedaron
desenfocados y como cuesta un quintal subir videos a youtube con mi conexión
precaria y prestada, he preferido colgar otros. Sonó excelente, brillante y a
la altura de lo que, como ya creo que comenté en el post del sábado que hicimos sobre “Strangeland”, a la larga será un clásico de Keane. La que sí grabé fue “Silenced by the night”, ahí les dejo el precario video que saqué.
El resto más o menos era lógico que se tocara, teniendo en
cuenta que el grupo tiene 4 discos y todavía no ha entrado en decadencia como
muchas bandas de los 80 que adoro y que en sus giras repudio normalmente que me
metan nuevas composiciones porque no están a la altura de su glorioso pasado.
Aquí no sucede, ya que todo lo seleccionado de “Strangeland” fueron aciertos.
Bueno, yo personalmente hubiera quitado “Neon river”, que salvo cierta parte de
teclados no me llama mucho la atención, y hubiera metido a la canción que
titula el 3er. álbum del grupo, “Perfect symmetry”, pero bueno. Sin embargo,
cuando se había ya avanzado bastante en el concierto, “Day will come” del último
lp se anotó un gran momento del show. Ya anticipé en el post de “Strangeland”
que era un gran momento en los conciertos del grupo, ganando mucho en su
interpretación en directo. Lo que sí supuso un momento de mucho baile,
descontrol y divertimento, fue “Spiralling”. Aunque a muchos en su día les
chirrió, el tema viene pintiparado para dar variedad a los shows de Keane y la
gente la recibe bastante mejor de lo que cabría esperar si atendemos a las
críticas que tuvo en su día cuando vio la luz.
Hablemos de los clásicos. Por ejemplo, “Everybody’s chaging”
apareció relativamente pronto, lo cual me sorprendió mucho. Por cómo fue
acogida en España en su día, la hacía como parte de los bises claramente, pero
Chaplin, Rice-Oaxley y cia. decidieron apartarse de la evidencia y nos la
regalaron a mitad de la actuación. Sobra decir que fue otro de los instantes
culminantes del concierto. Si seguimos tirando del hilo con “Hopes And Fears”,
como 3 buenas hermanas, se situaron en la parte final del set list previa al
parón para los bises “This is the last time”, “Somewhere only we know” y
“Bedshaped”. Todo aquel que estuvo dentro del Palacio Vistalegre lo sabe y lo
vivió, pero el que esté leyendo este post para saber qué es lo que dio de sí
Keane en Madrid, se podrá hacer una idea de que este terceto de cierre fue una
total apoteosis. El público ya estaba rendido a los pies del grupo y más tras
haber escuchado justo antes las ya comentadas “Try again” y “Disconnected”, y
Keane, cuales toreros en el coso donde estaban tocando, dieron la estocada
final con esta traca de cierre.
Quedaban los bises y ni un tema de los gordos de “Hopes And
Fears”. Un amigo mío que se tuvo que ir antes del concierto por motivos
laborales, me escribió en la madrugada pronosticando que se habría perdido
“Crystal ball” y “Perfect symmetry”. Acertó en la 1ª, pero no en la 2ª.
“Crystal ball” fue el apoteósico final del bis; una forma clarísima de terminar
en lo más alto y con el público al borde del colapso de la emoción y adrenalina
que transmite este single de “Under The Iron Sea”. Se empezó el bis de menos a
más en lo que a fuerza se refiere. Primero se nos regaló la melancolía
tremebunda de “Sea fog” de “Strangeland” y acto seguido también se metió en el
combo el último single de relumbrón del último disco, la cual se me había
pasado por completo que aún no había sido interpretada, “Sovereing light café”.
Lo que me dejó algo a cuadros es que este 3er. single fue recibido con mucha
más emoción que “Silenced by the night” y “Disconnected”, las cuales considero
un punto superior a “Sovereign light café”, pero el público o las masas son
soberanas y el clamor con el que fueron recibidos los primeros compases,
dejaron en nada a sus hermanas single de obra. Como ven, Keane se apartaron de
lo predecible, y en el bis se nos metieron 2 temas nuevos y no se recurrió para
nada a la fortaleza de los clásicos de “Hopes And Fears”. Eso es valentía
torera, muy acorde con el sitio donde estaba tocando el grupo, el cual no
perdió de vista Tom Chaplin, ya que en uno de los momentos en los que
interaccionó con el público entre canción y canción, lo comentó. La siguiente imagen nos muestra a un enérgico Rice-Oaxley frente a sus teclados.
¿Pensaban que con “Crystal ball” las luces se encenderían y
todo habría acabado? No. Ni mucho menos. El grupo retornó cuando algunos
empezaban a desfilar para anotarse otro tanto. Podríamos pensar en “Perfect
symmetry”, que fue el único single llamativo que no sonó, pero no. Lo que
empezaron a sonar fueron los acordes del bajo de la línea de “Under pressure”
de Queen y David Bowie, correctamente ejecutados por Quinn, y por unos segundos
pensé en que sería un sampler que diera lugar a una canción del grupo. Pues
nuevamente no. Keane se marcaron una muy buena versión (lo cual no es fácil)
del éxito del clásico, en la que Chaplin demostró sus dotes como cantante, manteniendo
los agudos de las partes de Mercury, sección del falsete incluida, con pasmosa perfección.
Al igual que dije en el post del concierto de The Killers de hace unas semanas
que la versión que hicieron del “Forever young” de Alphaville les quedó muy bien
a los de Las Vegas, esta “Under pressure” le vino a Keane como anillo al dedo y
les sirvió para rubricar hora y 3 cuartos de concierto memorable. Se
encendieron las luces y tras un devaneo en los alrededores por un objeto en
teoría perdido por parte de mis vecinos de asiento, que luego encontramos afortunadamente, desfilamos hacia el
saturado metro que nos llevaría a Canillejas para retornar lo antes posible a
casa.
A continuación, para quién quiera echarle un ojo, dejo el
set list en riguroso orden de aparición. Creo que salvo un par de canciones
(“We might as well be strangers” y “A bad dream”) he mencionado a todas en el
análisis de la actuación en sí. Al set list realmente no se le puede pedir más.
Pedir alguna frivolidad como la simpática “Run with me” de los temas añadidos
de la deluxe edition de “Strangeland” es impensable. No faltó prácticamente
nada, quizás como mucho “Perfect symmetry”, pero nada más. Bueno, ahí va el set list en orden: “You are
young”, “Bend and break”, “On the road”, “Lovers are losing”, “Is it any wonder”,
“Neon river”, “The starting line”, “Nothing in my way”, “Silenced by the night”,
“Everybody’s changing”, “We might as well be strangers”, “Day will come”, “Spiralling”,
“A bad dream”, “Try again”, “Disconnected”, “This is the last time”, “Somewhere
only we know” “Bedshaped”. BIS: “Sea fog”, “Sovereign light café”, “Crystal
ball”. BIS 2: “Under pressure (cover)”.
Hablemos un poco de los componentes del grupo y su devenir
en la actuación. ¿Saben qué es lo malo de estar en grada? Pues que estás
lógicamente muy lejos y te pierdes mucho de lo que hace el grupo en escena. De
alguna forma, estás mucho menos metido en el tema que si estás cerca del
escenario. Sin embargo, de lejos sí que pudimos escuchar perfectamente a un
tremendamente educado y cordial Tom Chaplin, que por lo menos hasta 3 veces
dijo estar encantado de volver a tocar en Madrid (por la reiteración vamos a
creerle que lo decía muy sinceramente) y tuvo algún momento de mayor discurso
frente al público cuando hizo mención a la acústica que los telones que cubrían
las partes de grada no habilitadas daban lugar. Dijo que parecía Dios con ese
retumbe de voz, crítica velada y buen rollista a la acústica de Vistalegre,
afirmando sentirse en el Gran Cañón. En la técnica vocal, Chaplin estuvo
sencillamente soberbio; es la vez que más fielmente he visto que un cantante se
ajuste a la entonación de estudio de las canciones en el directo en toda mi
existencia (y he ido a unos cuantos conciertos en mi vida). Y esto dice mucho a
favor de Tom.
A Richard Hughes, reflejado en la foto de aquí arriba, le intuimos en su batería muy aplicado y
sobre todo al que veíamos muy animado en los teclados y piano fue a Tim
Rice-Oaxley, que confirmó las reseñas que tenía sobre su implicación emocional
tan patente en los shows. Jesse Quinn se mostró discreto en el escenario, no
queriendo robar el protagonismo al grupo y sobre todo solventando la papeleta
de recrear esa parte de bajo de “Under pressure” con la que el grupo nos
sorprendió. Abajo vemos a Jesse con su bajo en acción.
El escenario se compuso de un telón de fondo con una bandera
de estas de rollo oriental de sol naciente, en cuyo núcleo estaba la palabra
que concede título al último disco “Strangeland”, la cual se iluminaba cada vez
que una canción del nuevo lp sonaba. Se echó mucho de menos una pantalla
gigante, porque a esa distancia, casi quedé con la misma impresión que el día del concierto de The Killers; bueno, eso sea quizás exagerar, ya que lo
escuchamos y lo vimos bastante mejor. Del techo colgaban como unas 4 lámparas
que caían sobre el escenario y poco más. Una estructura de escenario nada
pretenciosa, cuya mayor complejidad residía en el laberinto de teclados y
pianos dispuestos para que el grupo interpretara esas composiciones que tanto
nos gustan. La siguiente foto muestra a los Keane cuando se marcharon para no regresar tras marcarse la gran sorpresa de tocar “Under pressure”.
Terminando con el artículo podemos afirmar que fue un
concierto muy bueno. Keane es un grupo cercano y tienen un toque entrañable.
Eso se pudo ver en los momentos en los que Tom Chaplin, haciendo gala de ser
uno de los cantantes que mejor habla, y por tanto se le entiende, el inglés, se
dirigió al público. Los 4 miembros de Keane quedaron satisfechos y nosotros
también. Nadie salió perdiendo, ni mucho menos. La próxima vez que vengan Keane
confío en estar en pie de pista, ya que de lo contrario no creo que vuelva a
acudir, no porque el grupo no lo merezca, sino porque un concierto en grada, a
no ser que tengas un esguince de tobillo o estés impedido por algún otro
motivo, es un bajón tremendo. Keane salieron triunfadores del coso taurino cubierto cercano a la calle General Ricardos. Solamente faltó sacarles a hombros, ya que
con el espectáculo que nos plantearon, cortaron 2 orejas y rabo. ¡Olé por
Keane!