Revista Cultura y Ocio
Concierto Nick Waterhouse, Madrid, Sala Teatro Barceló, 7-2-2017
Publicado el 08 febrero 2017 por SavoytruffleHace varios días que este concierto del californiano Nick Waterhouse era muy esperado. La Sala que lo acogía era la antigua disctoteca Pachá de siempre, ahora llamada Teatro Barceló. Era mi primera vez allí para un concierto, y estaba anunciado para las 21:00h, hora exacta a la que llegué y la cola para entrar doblaba la esquina, tremendo susto el mío y de algunos más que llegaban corriendo del curro. Yo haciendo cábalas pensé "nos esperarán hasta que entremos" y así fue. De entrada, en el tenderete se habían acabado los vinilos, sólo quedaban cd's. Después de esta historieta intrascendente que me apetecía contar, vayamos al grano.A eso de las 21:20h el bueno de Nick salió al escenario, con los cinco componentes de su banda, una chica al bajo, un tremendo y excelente batería, un fino teclista al hammond, una preciosa y enorme corista de color y un saxofonista y flautista negro también, de categoría sublime. Un sonido impoluto, una banda engrasada al 100% y la voz de Nick soberbia.
Y de esta forma empezaba a interpretarnos canciones de sus tres discos en solitario, Time's all gone de 2012, Holly de 2014 y sobre todo de Never Twice de 2016, gira en la que se haya inmerso. Así de este último trabajo cayeron I had some money (But I spend it), Straight love affair (magnífica), Katchi (momentazo), The old place, It's time, Tracy y L.A. Turnaround. De Holly pudimos escuchar Dead room (fantástica), Sleeping pills (muy buena), Holly y This is a game (brutal, que fue el primer bis). De su primer álbum Time's all gone pudimos disfrutar de I can only give you everything, (If) you want trouble, Is that clear, Some place y Say I wanna know. Todo esto, incluido el primer bis, una hora justita. El público bastante molesto pedía que volviera a salir la banda, y diría que a regañadientes, salieron a hacer una versión que duró casi 10 minutos de Pushin' too hard de los Seeds, con un sólo de batería excelso.
Una última reflexión, este concierto valía 20 euros + 3'60 de impuesto revolucionario que todos nos comemos con patatas si o si, total 23'60, unas casi 4000 pesetas de las de antes, y no es un concierto caro para lo que se lleva ahora, ojo. Nick lleva un set que le viene durando una hora justita, con bises algo más, pero vamos sus discos son cortos, si los hace enteros llegamos a la hora y media mínima que la gente exige por lo que paga y a lo que está acostumbrada, lo digo porque Mr. Waterhouse seguramente habrá oído los abucheos del final y no los ha entendido, explicado queda. Pero eso si, el artista siempre es soberano de hacer sus conciertos de la duración que le plazca. En este caso nunca mejor dicho aquello de, "lo bueno si es breve, dos veces bueno". A las 22:35h ya me estaba tomando una caña en las afueras...Os dejo con Sleeping pills, tal y como sonó esta noche.