Revista Cultura y Ocio
Ocasión que no podíamos desaprovechar para ver a Rick Astley la que teníamos en Madrid este pasado jueves. La estrella pop de finales de los 80 vino a ofrecer un repertorio que superó las 2 horas sobre el escenario de La Riviera y superó las expectativas en casi todos los sentidos; poco a poco iremos comentando todo. Lo que primero apreciamos fue que la sala reventó. Supongo que las entradas se agotarían (o si no fue así, poco faltaría) y se llenó de un público que, lejos de ejemplos de audiencias emocionadas, pero calmadas en conciertos fuera de época de auge de otros ídolos ochenteros (por ejemplo, las 2 veces que he visto a Spandau Ballet la cosa no ha sido ni mucho menos tan histérica), estuvo enfervorecido y desatado de comienzo a final.Antes de mr. Astley se presentaron en escena Cirilo (ver imagen de aquí arriba) para ir abriendo boca, con un show de media hora de música, donde rindieron tributo a Bowie (una curiosa adaptación de “The man who sold the world”) o Los Ramones, aparte de tocar temas de su repertorio propio. Tocaron con fuerza, comprobado desde los primeros golpes de batería, y se apoyaron bien en su cantante, con un look a mitad de camino entre el malogrado Marc Bolan de los T-Rex y nuestro Enrique Bunbury. Fueron intensos, pero ligeros y tocaron lo apropiado para resultar agradables y dejar un buen sabor de boca también gracias al último tema que ofrecieron, de los de composición propia, “Presiento”.Se dispuso todo correctamente para que a las 22h se presentaran en escena los músicos de Astley que, tras una intro readaptada de “El Equipo “A”” (que ya escuchamos en su día a The Bronson), prendieron la mecha de la locura de fans con “Together forever”. Forma efectiva de comenzar el show, de la mano de uno de los grandes temazos de Rick, que tomó parte del disco de debut “Whenever You Need Somebody”. Acto seguido llegaría “It would take a strong strong man”, compañera de disco de “Together forever” y que consiguió mantener alto el listón. Antes de “She want to dance with me”, 3ª canción del repertorio, Rick ya dirigió al público de forma larga y decidida, demostrando una cercanía y simpatía que no le hacía yo. Me imaginaba que Rick sería un cantante más tímido y retraído y justo es todo lo contrario, ya que bromeó mucho entre canción y canción durante las más de 2 horas que estuvo actuando.No tardaría mucho en sonar “When I fall in love”, esa bonita balada de corte clásico que finaliza el disco de debut de Rick, y en la que, por si había alguna duda, demostró el buen estado de salud de su vozarrón. Antes llegó “Don’t say goodbye”, otro de los grandes momentos de “Whenever You Need Somebody”. Este escrutinio de tantos temas del primer disco de Rick, me hizo pensar que sonaría prácticamente íntegro en el concierto (lo cual hubiera sido un acierto, como hacían OMD con su “Architecture & Morality” en su gira de 2006-2007), pero no fue así y solamente nos quedó el disfrute en bises del inmortal “Never gonna give you up” y de la propia canción-título.Quizás pueda reprocharse a Rick que se pasara de número de versiones para su show. Y es que Rick Astley tiene repertorio propio de sobra para llenar 2 horas de actuación con auténticos temazos suyos (los que conocemos su discografía así lo sabemos). Se ve que a Rick le debe gustar mucho Pharrell Williams, ya que sonó “Happy” y el “Get lucky” que grabó éste junto a Daft Punk. Más chocante, en el apartado de versiones que estamos comentando, fue cuando Rick se sentó en la batería y se atrevió con una versión de “Highway to hell” de los AC/DC (con un par de cojones). Quizás mi versión favorita de las que Rick hizo la noche del pasado jueves en Madrid fue el “Everybody dance” de Chic que hizo en el 2º e inesperado bis. Hubo más, ya que “Uptown funk” de Mark Ronson también cayó, y otro tema de The Temptations, junto al “Don’t you worry child” de Sweddish House Mafia en el 2º bis que Rick ofreció como agradecimiento a la respuesta extraordinaria de la audiencia en esa noche de gloria para él; debido a la histeria y vehemencia de la gente, que llevaban caretas con su imagen e incluso le tiraron lencería en el tramo final, parecía que estábamos en el mismo 1987 en lugar de 2015. Hubo un momento brevísimo donde homenajeó a sus productores del comienzo Stock, Aitken y Waterman al atreverse con un hit que firmaron con Kylie Minogue, el “I should be so lucky” (lo insertó en mitad del “Get lucky” de Pharrell Williams) e incluso hizo una intro en falso del “Personal Jesus” de Depeche Mode, en uno de los momentos en los que Rick cogió la guitarra eléctrica, como el que vemos aquí abajo.Todas las versiones sonaron muy bien. No podía ser de otra manera por la gran voz que sigue manteniendo Rick. El timbre sigue inmutable, algo nada evidente o que debe darse por sentado en un cantante (que le pregunten si no a Midge Ure de mis queridos Ultravox si es capaz de hacer los agudos que hacía en su día). Además de aspecto físico Rick se conserva increíblemente bien, muy delgadito y con el mismo tupé que antaño, con ese aire a lo James Dean que siempre se ha gastado. No obstante, yo hubiera preferido más canciones suyas, como temas maravillosos de su debut como “The love has gone” o incluso “You move me” o “Slipping away”, que con el descaro que Rick tiene en escena, hubieran quedado muy bien en plan algo canalla. “Whenever You Need Somebody” debería sonar completo en cualquier concierto de Rick Astley; un lp como ése no se merece un honor menor.De “Hold Me In Your Arms”, su también notable 2º disco de estudio, estuvieron presentes la canción título y el “Take me to your heart” (fue muy gracioso como Rick habló antes de que empezara a sonar la canción de las bases ochenteras petarderas que tiene este éxito), otros 2 temazos y hits en definitiva de la trayectoria de Rick. De ese disco o de su era, apareció “My arms keep missing you” en donde Rick subió a una chica del público para cantar con él, la cual le regaló un osito de peluche y que apenas pudo cantar la letra, no sé si por los nervios o porque a lo mejor no se la supiera, ya que esta canción no es de las más recordadas de la discografía de Astley al tratarse de un bonus track. La siguiente foto muestra un instante de ese pasaje inolvidable para una de las fans de Rick.En el primer bis volvimos a “Whenever You Need Somebody” de la mano de 2 trallazos como son su canción homónima y la inmortal “Never gonna give you up”, en mitad de la cual Rick aprovechó para presentar a su banda. ¿Quién me iba a decir a mí en 1987, cuando escuchaba esa canción de fondo en la zona de música del Pryca de San Fernando de Henares, la cual estaba al lado de la zona de cómics donde me leía las historietas de los personajes de Francisco Ibáñez mientras mis padres hacían la compra, que 28 años después escucharía ese tema en directo en un concierto de su propio intérprete? Para mí fue sin duda un momento que no olvidaré.Cuando parecía que todo se había acabado, Rick volvió a escena para ofrecer el 2º bis que ya hemos mencionado y dejarnos más que satisfechos. Rick con esta gira que le está trayendo por España se está reivindicando como músico y un gran cantante pop. Está en buena forma en todos los sentidos y con muchas ganas. Se acompaña de una buena banda de músicos, todos elegantemente vestidos como él, con traje y corbata negra y una corista que le ayuda a la perfección en las tareas vocales. Aquí abajo una imagen que muestra a parte de la banda que acompaña a Rick Astley.El concierto resultó ser un éxito arrollador. La sala La Riviera estaba saturada como hacía tiempo que no la veía y con un ambiente que de lo intenso que era daba miedito (había un par de tías detrás de mí que no sé muy bien si eran así o qué era lo que se habían tomado antes de entrar…). Rick, con su descaro, socarronería y buen humor ayudó a mantener bien alto el ánimo entre el público. En más de una ocasión dijo que cerraran las puertas de la sala, que él no se iba a casa (y al pasar las 2 horas de show y volver para un bis más tras “Never gonna give you up” así lo parecía) y nos convenció de que España y Madrid le encantan personalmente (lo dijo al menos en 3 ocasiones y sonaba muy convincente al dar sus razones); fue hilarante cuando empezó a darnos una lección de español diciendo “he preparado el café para mí” con un timbre roto de voz muy grave (Morrissey hace casi un año hizo lo mismo). Pero sobre todo, creo yo, el ver que su voz se mantiene igual de fabulosa y personal en las canciones, es lo que hace que la gente se desate y se sumerja a placer en el túnel del tiempo para rememorar de la mejor forma posible tiempos pasados, que, no nos engañemos, es uno de los motivos principales que muchos buscan a la hora de acudir a estos conciertos (si bien Rick también tocó temas más recientes, asumiendo humildemente que poca gente de la sala los conociera, cosa que dijo abiertamente más de una vez).Los que también somos aficionados al deporte nos perdimos una exhibición de la selección de baloncesto, con un Pau Gasol para la historia, pero al menos en contraprestación vivimos un conciertazo de la mano de una leyenda del pop de masas como es el gran Rick Astley, que con actuaciones como ésta sin duda ennoblece su trayectoria. Agradecemos a Mónica Caballero de Promociones Sin Fronteras sus gestiones para que “DMR” haya podido informar de este concierto y por nuestro lado esperamos haber podido cumplir con las expectativas y exigencias que el informar sobre un concierto como éste conllevan.